El escorpión, Cortés y la Vera Cruz
Fue la profesora Lourdes Royano quien me abrió los ojos a la grandeza de Hernán Cortés gracias a sus 'Palabras que superan el tiempo'. Este ... pacense de Medellín había estudiado en Salamanca y fue pasante de escribano real, proporcionándole una cultura que sin duda alimentaría su inteligencia y su audacia porque ¿cómo es posible que sin experiencia militar y con 33 años se lanzara a la conquista de México con un puñado de hombres?
Lourdes, galardonada con el Premio Vasconcelos por su promoción y defensa de los valores del hispanismo, me cuenta que en uno de los paseos por los campos de moreras en Yautepec (Morelos), un escorpión picó a Cortés poniendo en peligro su vida, encomendándose a la Virgen de Guadalupe, cuyo monasterio se encuentra en Cáceres. Al superar felizmente el trance del veneno, Cortés ofreció a la Virgen una joya con forma de escorpión y piedras preciosas que en su interior conservaba uno de esos arácnidos envuelto en resina, exvoto que llevó personalmente al monasterio extremeño y que desapareció con las desamortizaciones del siglo XIX.
El Frente de Afirmación Hispanista, asociación cultural presidida por el mexicano Fredo Arias de la Canal, propietario y mecenas de la Casa de Cultura de Potes, ha recuperado aquella ofrenda con tres réplicas de aquella joya desaparecida que se han trasladado al monasterio de Cáceres, al Museo de Arte Virreinal de México y a la Casa de Cultura de Potes, junto con un busto del conquistador.
La historia nos revela que el secreto de la conquista de Cortés no fue la fuerza de la violencia, sino el de la negociación con los pueblos indígenas sometidos por Moctezuma. Así que es un honor que su memoria se recuerde en Potes, cerca de la Vera Cruz que curiosamente ahora custodian tres franciscanos mexicanos en el monasterio de Santo Toribio, evocando la ciudad que Hernán Cortés fundó en la Nueva España: Veracruz.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión