El tren parado en la estación
Cantabria tiene potencial para ser un referente si los políticos saben estar a la altura de los científicos
Desde el fallido Santander-Mediterráneo, iniciado en los años treinta del pasado siglo, interrumpido en La Engaña y nunca terminado, Cantabria ha perdido todos los ... trenes, los reales y los metafóricos. Las gracietas en televisión no alcanzan para que nos tomen en serio o no nos toman en serio por eso mismo. La imagen que proyectamos es la de una comunidad apacible y dócil que no plantea problemas ni protesta ni amenaza y se conforma con lo que le den. En ella, una parte del Ejecutivo, la socialista, practica el servilismo con entusiasmo y dedicación admirables y vota lo que conviene a Sánchez, aunque nos perjudique. A la otra, la regionalista, nacida para defender los intereses de Cantabria, hace tiempo que se le cayó el colmillo. No es mala analogía. La batalla la limitan a la caza del lobo, mientras circulan, sin detenerse, ferrocarriles y corredores.
Esto no pinta bien. Aún queda tiempo antes de que los políticos entren en berrea, según nuestro ingenioso presidente, pero si los cuchillos cachicuernos pueden esperar a la campaña electoral de mayo, hay asuntos que no admiten demora cuando uno de cada cinco cántabros está en riesgo de pobreza; los trenes de cercanías viajan de desastre en desastre; Cantabria será la única región del norte que quede fuera del plan de autovías ferroviarias, abierto a Galicia y Asturias gracias a la presión de sus gobiernos; Torrelavega se ve ignorada de nuevo; nada hay del Santander-Bilbao, y el AVE, el que paralizó Zapatero, camina por Palencia a su ritmo perezoso. De las comunicaciones por carretera, mejor no hablar. Antes de que veamos avances ciertos, es probable que el entrelazamiento cuántico posibilite la traslación al instante a cualquier distancia y lugar.
Pero esa es la clave, no la mecánica cuántica en concreto sino la decidida apuesta por los investigadores. El tren de la ciencia permanece en la estación, y aunque funciona bien, se le debe dotar de medios para que desarrolle todo su potencial. Cantabria dispone de lo necesario para convertirse en referente europeo en determinados campos, y si bien es una realidad conocida, la pusieron negro sobre blanco en el Parlamento el físico de partículas Ruiz Jimeno, la neurobióloga Mara Dierssen, el bioquímico Ortiz Melón y la ingeniera química Inmaculada Ortiz. El nivel de excelencia en personas, institutos y hospitales -«un activo brutal», en palabras de Dierssen- permite esperar grandes resultados si los políticos están a la altura de los científicos. Una financiación suficiente es la respuesta adecuada. Cantabria no puede perder también este tren.
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