Un huevo frito

'Almudena', el documental de Rosa Torres sobre Almudena Grandes, parece una página más de 'Un año y tres meses', el poemario que García Montero dedicó a su esposa. La película, aunque es una biografía formidable de la genial autora madrileña, también es una reflexión sobre la ausencia. Sin embargo, Almudena Grandes es un personaje vivo, vivísimo, un recuerdo sonriente con el que apetecería irse a tomar unas cañas para seguir escuchando sus historias. Incluso las entrevistas que le hizo Televisión Española en sus inicios, cuando publicó 'Las edades de Lulú', parecen que son actuales. No por el aspecto o el color, por ella. Sí, toda la película es un diálogo directo, frontal y entrañable con Almudena.

Me ha gustado conocerla más, saber de su audacia para sortear la fama y comprometerse con la literatura, o descubrir que era una ávida lectora de Stephen King y George R. R. Martin. Un perfil que completan sus hijos, sus amigos, la propia directora del documental y, por puesto, Luis García Montero. Su romance trasciende las páginas, los capítulos, los poemas y los fotogramas. Es tan cristalino, tan hermoso el vínculo, que uno entiende que Luis murió con Almudena o, tal vez, que Almudena vive en Luis. Creo que ella también se haría un huevo frito para cenar.