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La pareja protagonista de 'Poquita fe', Raúl Cimas y Esperanza Pedreño. RC

¿De qué se ríen las series españolas?

El difícil acceso a la vivienda, la precariedad laboral o la pervivencia de la monarquía son algunos temas que se abordan en las producciones cómicas firmadas en nuestro país este año

Miércoles, 19 de noviembre 2025, 01:04

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Televisivamente hablando 2024 fue un año de pocas risas. Las series cómicas españolas no destacaron especialmente. Y prueba de ello fue que en la categoría de comedia arrasó en todos los premios 'Celeste', una producción excelente pero que de comedia tenía poco. Para resarcirse de aquello la cosecha nacional de ficción cómica en este 2025 país está siendo notable. Diciembre llega con casi una decena de títulos de este género estrenados muy recomendables.

Pero si por algo llama la atención esta selección es por su capacidad para retratar la sociedad actual y muchos de los problemas y debates que dominan la conversación hoy en día. Es curioso porque asuntos como la precariedad laboral o el difícil acceso a la vivienda están poco representados en los dramas españoles este año y sin embargo en las comedias ocupan un lugar primordial. ¿Existe alguna razón? Tal vez sea más sencillo abordarlos desde el humor o quizás se considera que el público está más receptivo a estas tramas si se las envuelve en comedia. ¿Cuántas personas han tenido que volver a casa de sus padres ante las dificultades económicas? ¿Cuántos trabajos hoy en día penden de las valoraciones de los usuarios? ¿Cuánto daño están haciendo algunos discursos inspiracionales al mercado laboral? Son algunas preguntas que se plantean tras ver estas series, que pretenden con mayor o menor acierto fotografiar las aristas de nuestra sociedad.

¿De qué se ríen nuestras series? De todo. Esa es una buena noticia. Teniendo en cuenta que hay temas que todavía no se pueden tocar en este terreno (ahí están los proyectos abortados sobre la Guerra Civil o sobre algún partido político) los creadores españoles han encontrado una hendidura por donde colarse. Así se explica que este año tengamos también producciones sobre la monarquía o la tauromaquia, asuntos que caldean el debate político y que según cómo se traten pueden generar controversia. Sin miedo a la polarización estas propuestas se han atrevido y no se han estrellado en el intento. Repasamos cómo ven la España actual nuestras series cómicas.

  1. Movistar

    Poquita fe: cuando el problema es dónde vivimos

Con pocos títulos se tendrá que pelear la segunda temporada de 'Poquita fe' para no ser proclamada la mejor serie del año. Porque es todavía más divertida que la primera tanda de capítulos. Porque ha perfilado a algunos personajes para que brillen más. Porque tiene un guion redondo que no decae en ningún episodio. Y porque hace gracia, mucha gracia. Pero es que además de todo eso la apuesta de Movistar se reivindica como una radiografía como pocas del ciudadano de a pie, de eso que llamamos clase media sin saber bien quién pertenece a ella y por qué. Sea como sea si en la primera temporada presentaba un abanico de personajes y se centraba en sus relaciones familiares y de pareja en esta continuación va más allá y hace del problema de la vivienda que vive la mayor parte de la población hoy en día su argumento principal. Apartamentos compartidos de 15 metros cuadrados, padres que acogen a sus hijos en casa porque no tienen donde ir, hijos que reconvierten las casas de sus padres en pisos turísticos, ciudadanos expulsados al extrarradio por no poder acceder a los precios de su barrio de toda la vida. Todo eso está en esta serie escrita por Pepón Montero y Juan Maidagán abordado desde la ironía, desde la sátira, desde el costumbrismo heredado de maestros como Berlanga o Azcona. Es imposible no ver un episodio de 'Poquita fe' y no sentirse identificado en alguna de las situaciones por las que pasan los protagonistas, esa pareja que busca nueva morada y de toda la fauna que les rodea.

  1. Disney +

    Custodia repartida: los abuelos al rescate

Los protagonistas de 'Custodia repartida'. RC

La pareja principal de esta serie también tiene que volver a su nido familiar cuando deciden separarse. Juntos podían permitirse un ritmo de vida, pero cada uno por su cuenta no. Esta es una realidad hoy en día, la imposibilidad de embarcarse en algunos proyectos en solitario, a no ser que uno cuente con sustento familiar. Difícil pagar un alquiler con una nómina, complicado acceder a una hipoteca, imposible comprar un piso. Esta circunstancia está planteando arreglos sorprendentes, como los matrimonios que se resignan a seguir compartiendo casa tras divorciarse. No es el caso de Cris y Diego, a los que dan vida Richard Farré y Lorena López, que se cobijan en casa de sus padres para que también les ayuden con la crianza. Abuelos todo terrenos que cuidan, que preparan la comida, que llevan a los niños al colegio mientras sus hijos trabajan a destajo para intentar llegar a todo. Estampas como estas -tan cotidianas- plantea la interesante propuesta de Disney + dirigida por Javier Fesser.

  1. Netflix

    Animal: un me gusta para seguir trabajando

Luiz Zahera y Lucía Carballo. RC

El veterinario que interpreta Luis Zahera no puede permitirse pagar la casa en la que vive en una aldea gallega porque nadie le remunera como debe sus intervenciones. Ante esto no tiene más remedio que aceptar el trabajo de su sobrina en una tienda-boutique para mascotas, donde se va a encontrar con dos características muy habituales en el mercado laboral hoy en día: la tiranía de los me gusta y la proliferación de las necesidades creadas. Ambas circunstancias generadas por el capitalismo desaforado con el que convivimos. ¿Cuántas veces un trabajador de los que desarrollan su profesión de cara al público te ha pedido que le escribas una reseña positiva o reportes una buena nota en una encuesta de satisfacción? Es cada vez más habitual. No solo en bares y restaurantes, sino en otros espacios laborales. Por ejemplo una tienda de mascotas. Al protagonista de la serie de Netflix le cuesta entender lo que supone un me gusta y aún más implorar por él. Pero se tiene que resignar y adaptar a estas reglas del juego. Como también ha de hacerlo a seguir la corriente con tendencias o coyunturas asociadas con los animales que no comprende y que solo se plantean en busca de réditos económicos. No entiende que un perro o un gato precisen de tanta clase de aparatos para sobrevivir, y algunos de ellos bien caros. O que haya mascotas con depresión y embarazos psicológicos. Pero no le queda más remedio que tragar con eso y con mucho más. Nada que sorprenda a ningún espectador familiarizado con estas estrategias y con conceptos como boutique, que se añade a cualquier negocio para darle más caché. Cafés boutique, hoteles boutique, tiendas boutique. Con todo casa este término.

  1. Disney +

    Entrepreneurs: coaches y neones inspiradores

Rober Bodegas y Alberto Casado. RC

De los ambientes laborales y de lo ridículas que resultan algunas dinámicas trata el debut en las series de los Pantomima Full, que ya se habían hecho unos expertos en estas disecciones gracias a sus videos para redes sociales. En su producción para Disney + reinciden en sus temas habituales, en sus caballos de batalla: vendehumos que no paran de usar neologismos que nadie sabe que significan, influencers atrapados en sus propias redes, víctimas del sistema empeñados en parecer modernos o que están a la última. La serie peca de repetitiva pero hay que reconocerle que es una buena aproximación a esa realidad laboral en la que cada vez más a menudo nos toca desenvolvernos con coaches, espacios de coworking y neones inspiracionales. Un niño pijo al que su padre le ha montado una empresa y un gurú empeñado en convencer al mundo para que salga de su zona de confort son los protagonistas de esta resultona producción con cierta enjundia en su ejecución.

  1. HBO

    Furia: La invisibilidad ya no es una opción

Carmen Machi. RC

La serie de HBO habla de todo lo anterior y de mucho más. En este relato grotesco firmado por Félix Sabroso hay problemas con la vivienda (familias amenazadas con desahucios, depredadores que alquilan habitaciones a precios de áticos, jóvenes que comparten espacios inhabitables), con el trabajo (profesionales reemplazados por influencers que compran seguidores, jefes de recursos humanos que utilizan sus puestos con intenciones poco profesionales, empresas que se aprovechan de personas sin recursos para obligarles a aceptar condiciones abusivas) o con la tiranía de las modas (de la comida sana, del arte con mensaje, de las identidades complejas). Hay muchos temas en esta serie desigual de HBO que sobresale por su excelente elenco de actrices y por volver a plantear la invisibilización a la que se somete a muchas mujeres una vez traspasan los 50 y no cumplen con los cánones de belleza. Porque por mucho que se haya avanzado al respecto esta tesitura se sigue repitiendo. Y ocurre en diferentes ámbitos sociales. No entiende de clases o de estatus económico. Todas esas denuncias y muchas más están en 'Furia'.

  1. Disney +

    La suerte: los toros entran en el ruedo televisivo

Óscar Higares y Óscar Jaenada. RC

La única serie que se ha hecho sobre toros en España es 'Juncal'. Y eso fue en 1984. Después ha habido alguna referencia pero el universo alrededor del ruedo no se ha retratado con profusión en la pequeña pantalla española. La tauromaquia, como casi todo en nuestro país, ha adquirido tintes políticos y obliga a un posicionamiento, por lo que adentrarse en este mundo suponía para cualquier creador un compromiso. Paco Plaza y Pablo Guerrero no terminan de mojarse, pero a cambio proponen un retrato certero de este mundo, con casi todas las caras y puntos de vista que existen en torno a él, desde los convencidos hasta los ateos. Es raro que toros, toreros y corridas no aparezcan más a menudo en las propuestas audiovisuales a pesar del arraigo en España y de las posibilidades narrativas que ofrece (Albert Serra lo sabe). ¿Pueden llevarse bien e incluso respetarse un antitaurino y un fiel de la tradición? ¿Es posible respetar un oficio que cuenta con cada vez más detractores? Esas preguntas trata de responder esta propuesta, que empieza cayendo en tópicos pero que poco a poco se va deshaciendo de ellos y ganando interés. La propuesta de Disney podría haber salido embestida pero ha salido bastante ilesa cuando se ha presentado al público, pese a su espíritu crítico.

  1. Prime Video

    Su majestad: cuando la monarquía se cuestiona con humor

Anna Castillo y Pablo Derqui. RC

La serie escrita por Borja Cobeaga y Diego San José puede provocar que personajes como Victoria Federica de Marichalar caigan en gracia o sean más repudiados. Lo que no hay duda es que cualquier espectador que la vea se preguntará en algún momento si la monarquía sigue teniendo sentido en este siglo. Y esa cuestión siempre causa tensiones entre quienes la discuten. Si 'Su majestad' ha dado lugar a charlas o a reflexiones sobre esta pregunta la serie ya habría merecido la pena. Pero es que además es divertida y Anna Castillo se siente cómoda con un personaje desenfadado que tiene por delante un gran recorrido. En un año eminentemente real (están 'La vida breve' y 'Ena' también) 'Su majestad' es además una producción muy divertida, bien resuelta y algo cínica. No está mal la combinación.

  1. Apple TV

    A muerte: hablar claramente de la enfermedad

Verónica Echegui. RC

Otro tema tabú del que hay que hablar más, para que otras opciones sean posibles, es el de la muerte. E intentar alejarse de quienes hacen negocio en torno a ella. Verónica Echegui, en uno de sus papeles póstumos, está estupenda en esta serie sobre un enfermo casi terminal y de una chica que acaba de quedarse embarazada. Los dos han de acercar posturas y, sobre todo, entender las motivaciones que les mueven. Las series también deben servir para generar conversación. Y últimamente pasa poco. La mayoría están condenadas a pasar inadvertidos.

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