La Guardia Civil identifica a más de diez jóvenes por la paliza de Reocín

Los agentes saben ya que no se trata de una banda organizada, como se había llegado a especular; tampoco pertenecen a un único grupo étnico. «Todo lo contrario, hay personas de diferentes etnias y de diferentes nacionalidades. Eso sí, todos residen en la zona del Besaya», aseguran estas mismas fuentes.

Vecinos del lugar donde se produjo la agresión, en los alrededores de la Casa de Juventud, en La Veguilla, los vieron esa misma tarde llegar en grupo al lugar cargados con bolsas llenas de botellas de alcohol. «Iban a hacer botellón. Es lo que hacen siempre en esta zona y nadie hace nada para solucionarlo. Estamos hartos», denuncia un residente en la zona que prefiere omitir su nombre.

La víctima de la agresión, que en el momento de los hechos se encontraba con su novia, se recupera en casa de la paliza después de haber pasado dos días ingresado en el Hospital Valdecilla. Tiene rotos varios huesos de la nariz, cinco dientes y la mandíbula como consecuencia de las patadas que le propinaron varios atacantes cuando estaba en el suelo.

El chico de 16 años se encontraba con su novia en las pistas de skate en el entorno de la Casa de la Juventud cuando fue increpado por los agresores, según explican fuentes cercanas a la familia. La pareja decidió marcharse hacia Puente San Miguel, pero el grupo que presuntamente le propinó la paliza, que según los testigos había llegado caminando desde Torrelavega, «les siguió y se ensañaron con él».

Lo primero fue tirarle al suelo cuando uno de ellos le golpeó por la espalda. Después se sumaron los acompañantes.

El joven agredido no responde a las preguntas de la Guardia Civil; tampoco su novia. «Todavía están en shock», aclaran en la familia. La Benemérita continúa las investigaciones para esclarecer qué llevó a los agresores a propinar esa brutal paliza a este menor. Fuentes de la familia insisten en asegurar que el joven no conocía de nada a sus agresores, «que le eligieron como víctima y se ensañaron con él, sin ninguna otra causa». «Él no los había visto nunca antes, ni en el mundo académico, ni en el deporte, ni en ningún otro sitio», seguran.

Entre tanto, al Ayuntamiento le llegan las críticas porque en el municipio no había efectivos de la Policía Local trabajando cuando se produjo la agresión. La consternación por la violencia del suceso ha crecido en el pueblo y por eso el Ayuntamiento ha convocado una concentración de repulsa para este viernes a las 12.00 horas. Desde el Consistorio se está trabajando también en la instalación de cámaras de seguridad en los puntos más problemáticos. Pablo Diestro, alcalde, detalla que se ha planteado colocar ocho cámaras, y tres de ellas ya tienen enclave elegido. Una, en el entorno de la Casa de la Juventud, foco de botellones y también de distribución de droga, según constata la Guardia Civil y también los vecinos del lugar.

Una segunda se colocará en la zona de las pistas de pádel, donde se va a instalar una cubierta que «será carne de cañón para los botellones», avanzan los vecinos. Y una tercera, en el parque de Camarao, en Villapresente, donde últimamente se han sucedido los actos vandálicos y donde se acumulan kilos de basura cada fin de semana. Aquí son los residentes, también, los que denuncian el abandono del lugar que antiguamente fue uno de los más agradables del municipio.

Sobre el futuro del edificio de la Casa de la Juventud, llamada así por una de las utilidades que en su momento se dijo que se le daría, en menos de dos meses se cumplirá un año desde que se anunciase un nuevo uso: la construcción de una guardería municipal. Lo que ocurre es que el Ayuntamiento y el Gobierno regional siguen sin firmar el convenio regulador. El alcalde reconoce la frustración por el retraso. Tras el suceso, espera que «a lo largo de este mes se pueda firmar el convenio» y asegura que «los trámites están muy avanzados». Una vez firmado, se tendrá que aprobar en el pleno municipal, donde se aprobará la cofinanciación municipal.