Las Guerras Cántabras crecen con los más jóvenes
La Fiesta de Interés Turístico Internacional de Los Corrales de Buelna deja en sus manos buena parte del protagonismo de este domingo
Como había sucedido ya el viernes, miles de visitantes se acercaron a Los Corrales de Buelna para disfrutar este sábado del esperado y muy aplaudido enfrentamiento entre Corocotta y el César o la gran batalla de los dos ejércitos en liza, que se vivió con pasión y crudeza en un anfiteatro que volvió a quedarse pequeño.
Las Guerras Cántabras dejan este domingo en manos de los jóvenes buena parte del protagonismo de la jornada. Decenas de cántabros y romanos desfilarán desde el campamento al anfiteatro afianzando un futuro esperanzador para la fiesta. Y sobre el escenario del gran Circo demostrarán que son tan grandes actores como sus mayores. César Augusto, Corocotta, Agripa o Virón, Selenia y Drusila o las diosas Cantabria y Minerva reducirán su tamaño pero no la calidad para disfrute de cuantos se acerquen a Los Corrales de Buelna. Ellos recrearán una sesión del Senado Romano y del Consejo de Tribus, justo después de protagonizar el desfile de los menores componentes de la Asociación Guerras Cántabras.
Precisamente el arranque de este domingo tendrá en cuenta ese futuro, porque se aprovechará el gran Templo de Jano para la entrega de las medallas a los nuevos socios. 28 jóvenes que se incorporan este año a la fiesta, una nueva generación que recibe la medalla como miembros de la primera Fiesta de Interés Turístico Internacional de Cantabria. A las seis de la tarde comenzará el Desfile General Juvenil y a continuación los actos que protagonizan desde hace una década los más jóvenes.
En la versión adulta, la tarde recreará el final de la primera gran guerra y el inicio de la segunda. César Augusto arengará a sus tropas para alcanzar la victoria definitiva ante su inminente partida de tierras cántabras, palabras que irán acompañadas por la Proclama de la Diosa Minerva y la entrega de la Corona Triunphalis al valor de uno de sus legionarios. Antes de su marcha a Tarraco, Augusto, enfermo, cederá el mando de las legiones a su legado, Cayo Antistio Vetus.
En ese momento, se cambiará de escenario, tomando protagonismo los cántabros con la Entrega del Fuego del Hogar o la Boda Cántabra, prólogo de la rebelión de los esclavos cántabros y el regreso a sus tierras para iniciar una nueva guerra que protagonizarán los insurrectos el próximo fin de semana.
'Programación expandida'
Pero la fiesta ofrece mucho más en su 'programación expandida'. A las 11 de la mañana habrá un telar de tablillas y demostración de sprang a cargo del Grupo de Recreación de Guerras Cántabras; a las 12.30 un monólogo sobre la vida cántabra; y media hora más tarde, la demostración de lucha escénica dirigida por el maestro de armas Kike Inchausti.
En el campamento se disfrutarán también los Castrorum Ludi desde las cuatro y media de la tarde y sobre las cinco, en el anfiteatro, se explicará el contexto de los actos infantiles, que cumplen una década dentro de la programación oficial de una fiesta que presume de contar con más de 500 jóvenes, entregados a una celebración en la que participan en todos los ámbitos, garantizando un futuro cuando menos esperanzador. Y quien quiera inmortalizar las actuaciones de los más jóvenes, podrá hacerse fotografías con ellos en el photocall posterior. También habrá puesta en contexto a las siete de la tarde, para poner en valor la representación de la despedida del César y la nueva rebelión cántabra.
Así llegará la Semana Cultural Guerras Cántabras 2025, de lunes a jueves, contando con cuatro conferencias que, como viene sucediendo desde los inicios de la fiesta, potencian la difusión del conocimiento de los avances que se hacen en la investigación del tiempo que se recrea, la presencia de Roma en el Norte de España. Serán en la sala polivalente del Espacio La Plaza abiertas al público hasta llenar el aforo de ese salón de actos a partir de las ocho de la tarde.
Y con ello, la Fiesta del Comercio local, promoción de establecimientos del valle de Buelna.