Miengo restringe el acceso de los perros a las playas urbanas y rurales

Por contra, el arenal de La Pozona, por sus características particulares, «se mantiene como una zona de acceso libre para los perros durante todo el día, tanto sueltos como atados». Sí se excluye, no obstante, la zona del embarcadero. Para poder diferenciar entre dónde sí y dónde no, el Consistorio señalizará la zona.

El Ayuntamiento controlará el cumplimiento de la norma y sancionará conforme «a la gravedad del hecho». La ordenanza recoge infracciones «leves, graves o muy graves». Dependiendo de cómo sea catalogada la falta, la multa oscilará entre los cien y los 15.000 euros. Además, aclaran desde el Consistorio, «los propietarios serán responsables de los incumplimientos, así como de los posibles daños causados a terceros, y deberán garantizar la limpieza de los excrementos de sus mascotas». El objetivo de establecer esta nueva regulación, explicó la portavoz municipal Elena Castillo, «es adaptar las normativas municipales a las demandas de la comunidad y a las recomendaciones de expertos en bienestar animal». Desde el Ayuntamiento esperan que la medida «contribuya a un mejor disfrute de las playas por parte de todos los ciudadanos», explicaron mediante un comunicado.