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Fotografía del ferrocarril minero que conectaba la Sierra de Cabarga con Astillero. DM .
El ferrocarril minero Obregón-Solía-Astillero

El ferrocarril minero Obregón-Solía-Astillero

Durante el tiempo que existió la minería en la Sierra de Cabarga fueron numerosos los trenes que las compañías usaron para trasladar la producción

jesús maría rivas

El Astillero

Jueves, 17 de agosto 2017, 08:37

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Durante el tiempo que duraron las explotaciones mineras de la Sierra de Cabarga y su entorno, fueron numerosos los ferrocarriles que las distintas compañías productoras construyeron para acercar el mineral de hierro hasta las rías de Tijero, San Salvador o Astillero. De todos ellos, podemos destacar el ‘Ferrocarril de la Sociedad de Minas de Cabarga’, de 10,6 kilómetros, el ‘Ferrocarril de Minas de Heras’, de 13; el ‘Ferrocarril de Nueva Montaña’, con siete; el ‘Ferrocarril de Minas de Complemento’, en San Salvador, con unos 2,4; y la línea a la que nos vamos a referir hoy: el ‘Ferrocarril de Obregón, Solía y Astillero’.

Estas infraestructuras ferroviarias finalizaban en algún tipo de embarcadero, que acercaban el mineral de hierro, en su mayoría, a los barcos que lo transportarían en sus bodegas hasta las acerías europeas. Además, en otros casos, las líneas mineras, que circundaban Cabarga, proporcionaban un enlace con el ferrocarril de Santander a Bilbao, y el ferrocarril entre Obregón y Astillero, también tuvo un enlace en Astillero.

Nuestroferrocarril minero, sin duda, el que más años estuvo en servicio y más cantidad de mineral de hierro transportó, se construyó entre las minas de Obregón, cercanas a Cabárceno, y Astillero. Cruzaba nuestro municipio, como ya contamos en un artículo anterior dedicado a los ferrocarriles, en paralelo con la Ría de Solía (actual paseo verde), que se abría hacia el interior al pasar junto a la central eléctrica de Viesgo, por la actual Nemesio Mercapide y entraba por la Avenida del Ferrocarril hasta el cargadero sobre la ría, que hoy conocemos como Puente de Orconera o Puente de los Ingleses.

Este convoy fue el que más mineral trasladó y el que más tiempo estuvo en servicio cruzando el municipio junto a la Ría

Este ferrocarril minero, que llegaba hasta el cargadero situado en las entrañas de la Ría de Astillero, se construye en dos tramos. El primero de ellos, de algo más de 4 Kilómetros de recorrido, une Obregón con la Ría de Solía, pasado el Puente, donde estaban los lavaderos y las balsas de decantación de lodos que utilizaban las minas para la limpieza del producto extraído y, donde se situaban entonces, los dos embarcaderos, propiedad del empresario inglés José Mac Lennan, promotor del proyecto.

El aumento constante de la demanda de mineral, unido a la falta de calado de la ría de Solía y a la inestabilidad de los terrenos, no lo hacía recomendable como el mejor sitio para el intercambio de mineral a los barcos, así que, casi simultáneamente, se proyecta un segundo tramo que uniría Solía con la ría de Astillero, inaugurado en el año 1894 y completaría una línea ferroviaria de ancho métrico con una longitud de 8,5 kilómetros. El presupuesto total de los dos tramos de este ferrocarril, según G.J. Cueto, sería de 488.463 pesetas.

La terminal de este ferrocarril minero, como hemos dicho, era el cargadero situado en la ría de Astillero; ambos, cargadero y ferrocarril, fueron construidos por el ingeniero y empresario minero José Mac Lennan, conocido como ‘el Inglés’ y del que también hemos escrito recientemente. Dos años y medio después de su inauguración, en noviembre de 1896, la empresa de Mac Lennan ‘Vizcaya-Santander Minning Cía LTD’ lo vende a la compañía inglesa ‘Cía Orconera Iron Ore LTD’, popularmente llamada ‘La Orconera’.

El ferrocarril minero entre Obregón y Astillero no se limitó a dar servicio a las explotaciones de su primer propietario José Mac-Lennan y a la sociedad  compradora ‘The Orconera Iron Ore Cº Ltd.’, sino que otras compañías lo alquilaron para transportar sus tierras minerales, como ‘Sanginés y Cía’ o ‘Minas de Solía’.

El ferrocarril funcionó hasta finales de los años 60 y durante muchos años utilizaba también coches de viajeros para transportar a los trabajadores. Según algunas referencias, el ferrocarril llegó a contar con 12 locomotoras de vapor propias, todas ellas de fabricación inglesa, con nombres tan característicos como: ‘Astillero’ ‘Pámanes’, ‘Solía’, ‘Obregón’, ‘Orconera’ o ‘Cabarga’. Sin embargo, la facilidad de conectar con el ferrocarril de Santander a Bilbao, en Astillero, hizo que la compañía ‘Orconera Iron Ore’ intercambiara sus locomotoras con las que tenía en sus explotaciones de Vizcaya, y, de hecho, fueron algunas más las locomotoras que dieron tracción a las vagonetas de mineral.

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