Borrar
Vera López Javier Rosendo
Vera López: «Charles Chaplin era un gran payaso»

Vera López: «Charles Chaplin era un gran payaso»

La cuentacuentos Vera López explica que «para contar bien un cuento es necesario poner mucho corazón y tener mucha calma»

Lucía Alcolea

Cabezón de la Sal

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 4 de mayo 2019, 16:29

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Vera López es capaz de combinar los gestos de su rostro hasta crear tantas expresiones distintas como uno pueda imaginarse. Es natural, abierta, contemporánea, como el teatro que practica. Y está en constante movimiento improvisado, aunque asegura que no sabe improvisar.

-Se formó en la escuela de teatro físico de Bruselas. ¿En qué consiste este tipo de teatro?

-Se trata de aprender a través de la expresión corporal. Trabajamos cómo se mueve la luz, los colores, los animales y los elementos. Es una metodología del francés Jacques Lecoq, uno de los pedagogos que más ha influido en el teatro contemporáneo, que llegó a la conclusión de que para interpretar era necesario implicar al cuerpo, lo que no quiere decir que no haya texto. El mimo, la comedia del arte, el melodrama o la tragedia son ejemplos de teatro físico. Charles Chaplin lo hacía.

-¿Por qué decidió marcharse a Bruselas a estudiar?

-Porque estaba viviendo en la Coruña y aprendiendo con un profesor que daba este tipo de teatro. Me interesaba más que limitarme a reproducir un texto y preferí irme a Bruselas en vez de a otras ciudades como Madrid o Barcelona.

-Es cuentacuentos

-Sí, también he hecho títeres y me gustaría mucho hacer 'clown', es decir, de payaso, porque es lo más difícil dentro de este mundo.

-¿Por qué?

-Porque puedes crearte un personaje o buscar en el niño que llevas dentro y esperar que te salga bien. Parece sencillo, pero una cosa es lograr que alguien se ría una vez y otra muy distinta hacer lo mismo varias veces y que en todas las ocasiones resulte gracioso. Eso requiere mucha preparación y es un mundo con muchas posibilidades. Es necesario saber teatro y también es una cuestión de presencia y de energía. Hay que trabajar las técnicas y las miradas, superarlo si te da vergüenza y expresar continuamente lo que sientes. No es sencillo. Chaplin era un gran payaso.

-Y sin embargo se menosprecia la figura del payaso.

-Sí, por eso lo decimos en inglés, 'clown', porque parece que es mejor. Pero cualquiera no es capaz de hacerlo, aunque haya gente a la que le resulte más fácil. A mí me parece más complicado que hacer un espectáculo de cuentacuentos, por ejemplo. Y eso que contar un cuento no es sencillo, pero sigues una línea.

-¿Cómo se cuenta bien un cuento?

-Con mucho corazón y mucha calma. Se trata de vivirlo y de lograr que lo sienta el que lo está escuchando.

-¿Hay un cuento diferente para cada tipo de público?

-Ahora hay cuentos por edades, pero yo a mi hija de tres años le cuento historias para niños más mayores. También hay cuentos para adultos y es que hay personas que piensan que este arte es solo para los pequeños, lo que es una tontería.

-¿Tiene mucha importancia el lenguaje no verbal en su trabajo?

-Yo creo que sí, porque me resultaría muy difícil estar contando un cuento y no moverme. Me gusta que haya siempre algo visual, aunque solo sea mimo, e itento teatralizar las historias. Pero eso depende de cada uno. Conozco a un cuentacuentos que es capaz de transmitir mucho con la expresión sin necesidad de moverse apenas.

-¿Qué opina de que una escuela de Barcelona haya decidido retirar 'Caperucita Roja' por considerarlo machista?

-Me parece una idiotez. Creo que se han puesto bastante puntillosos con el tema y que no tiene ni pies ni cabeza. Son cuentos que toda la vida nos han contado. Ayer volví a ver la película de Mery Poppins y me di cuenta de que el niño llevaba el caballito azul y la niña rosa, pero la maravilla de la historia radica en otros aspectos. Se están sacando las cosas de quicio. El mundo de las historias y de los libros es maravilloso, es echar a volar la imaginación, adquirir conocimientos y cultura.

-¿El público infantil es más exigente que el adulto?

-No. Yo creo que las personas adultas son más exigentes y tienen una serie de ideas preconcebidas.

-¿Es una profesión dura la suya?

-Yo hago lo que me gusta y realmente necesito hacerlo, pero todavía no vivo de ello. El teatro siempre ha estado en crisis y mal atendido, pero a mí me sale de dentro.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios