El efecto del columpio gigante de Miera dispara las visitas a la cueva de Sopeña
El alcalde, José Miguel Crespo, espera que el Gobierno de Cantabria ejecute cuanto antes la mejora de los accesos que anunció en 2024
Suele ser a la segunda o a la tercera, y eso si tienes suerte y no te pierdes o se te atascan las ruedas del ... coche en el asfalto. Normalmente, casi nadie accede a la primera al columpio gigante de Miera, en los Pozos de Noja, porque la señalización resulta confusa y porque antes de llegar hay que salvar un circuito de obstáculos, dado el «pésimo» estado en el que se encuentran los caminos. Una vez allí, columpiarse es gratis, pero te puede haber salido caro.
Es el principal motivo para adecuar los accesos, pero hay más y son las miles de almas que los atraviesan, especialmente en verano. El alcalde, José Miguel Crespo, aseguró esta semana que la atracción turística supone tal reclamo, que se han multiplicado las visitas a la cueva de Sopeña, situada a escasos kilómetros. El Consistorio, que cobra tres euros por entrada, «ha cuadruplicado los ingresos obtenidos de las visitas a la cavidad».
Si antes se venían recaudando un par de miles de euros, ahora entran por la puerta del Ayuntamiento «12.000 euros». Y todo, o en su mayor parte, por el dichoso columpio enorme en el que todo el mundo se quiere columpiar con panorámicas de miedo -de bonitas-. La cavidad es el reclamo 'de paso', un segundo plato de gran interés.
La carretera que lleva al recurso turístico es estrecha y resulta insuficiente para soportar el tráfico de vehículos
Pero el camino al cielo es tortuoso. Ya lo dijo el consejero de Fomento, Roberto Media, el año pasado, en octubre, cuando anunció una inversión de 250.000 euros para mejorar los accesos a los Pozos de Noja. Entonces, era una carretera estrecha del todo insuficiente para acoger semejante carga de vehículos. Casi un año después, continúa siendo una carretera estrecha insuficiente, pero con algunos baches que han sido tapados por el Ayuntamiento. «No se ha hecho nada», ratificaba el regidor esta semana, que insiste en la mejora urgente de la carretera que une el barrio de La Cárcoba con La Solana y también del camino que comunica el paraje del Puyo con los Pozos de Noja. «Dijeron que iban a adecentarlo, pero no han redactado aún el proyecto y lo único que podemos hacer como Ayuntamiento es tapar algunos baches con hormigón».
El «lamentable» estado del firme «perjudica a los visitantes, porque además se está deteriorando todo lo que habíamos logrado mejorar». Crespo asegura que la actuación no es necesaria tan solo de cara al turismo, «sino también para los propietarios de los terrenos que realizan un uso agropecuario de las fincas». Lo sufren más «quienes atraviesan estas pistas a diario», es decir, ellos y sus animales.
Al fin y al cabo, el que acude de fuera normalmente está de vacaciones y da igual ocho que ochenta, pero los vecinos «están hartos». De hecho, «construimos el columpio para atraer la atención y esperábamos que al convertirse en una atracción turística se mejoraría el entorno y los accesos, pero no ha sido así de momento, aunque espero que finalmente ejecuten lo acordado». Tanto Crespo como sus homólogos en el resto de municipios de la zona meracha llevan años clamando al cielo por lo destrozado que está el pavimento desde bastante antes de que se levantara el columpio enorme. De ahí que la inversión del Ejecutivo fuese muy celebrada y aplaudida. Ahora tiene que ejecutarla.
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