Restaurada la iglesia de Novales, que abrirá sus puertas en Los Santos Mártires
El templo lleva cerrado al público desde septiembre de 2021, cuando una piedra de gran tamaño se desprendió en el interior
Si todo va según lo previsto, la iglesia de Santa María de la Asunción de Novales, en Alfoz de Lloredo, abrirá sus puertas de nuevo ... para la celebración de los Santos Mártires, el 29 de agosto. Casi un año después de que en septiembre de 2021 la caída de un sillar en el interior del templo, procedente de uno de los arcos de la nave de la epístola, llevase al Obispado a tomar la decisión de cerrar la parroquia y realizar las labores de restauración pertinentes. Así lo ha anunciado, visiblemente emocionado, Benjamín Gutiérrez, miembro de la Asociación Cultural San Millán, de la que forma parte un reducido grupo de vecinos que vela por la conservación de este templo. Son precisamente ellos quienes de forma altruista se encargan estos días de limpiar la densa capa de polvo que cubre el interior del edificio religioso tras la realización de las obras.
Es también el propio Gutiérrez quien afirma que les gustaría «hacer muchas más cosas, pero no disponemos de los recursos económicos suficientes». Y todo el mundo sabe lo que supone restaurar una iglesia. Por eso de subvencionar los trabajos se ha encargado el Obispado, después de que el Ayuntamiento le enviase un informe alertando de los daños sufridos en la estructura del edificio. El objeto del documento era, además, «definir las obras necesarias para estabilizar los movimientos estructurales detectados en el estribo sur-este de la torre de la iglesia». Según determinaron los expertos, se hacía necesario actuar en el arco arbotante exterior situado más al oeste del templo, cuya dovela (elemento constructivo que conforma un arco) había sufrido un desprendimiento y cuya curvatura se encontraba deformada. Del mismo modo, se requería una mejora en el arco interior de separación entre el tercer y el cuarto tramo de la nave de la epístola, en cuyo muro empezaban a formarse grietas.
Por último, se solicitaba restaurar dos bóvedas situadas a cada lado del arco anterior, que se vieron afectadas al desplazarse la fábrica de fachada hacia el exterior, de manera que las curvaturas se deformaron adaptándose a la nueva geometría. Por todo ello, los expertos consideraban urgente «intervenir para estabilizar las estructuras» y evitar daños mayores. Aunque parece lo menos importante, previamente los vecinos «cubrieron la iglesia de plásticos para delimitar el área de trabajo y proteger el patrimonio -como el órgano- del polvo», explicó Benjamín al respecto.
En primer lugar, los operarios consolidaron el arco interior cosiendo las dovelas que se habían visto desplazadas en el arco principal. En el arco exterior, se desmontó el tejado sobre el muro y se demolió la mampostería hasta la línea de rotura, reservando a su vez las piedras para la reconstrucción. Después se sustituyeron las dovelas rotas por sillares nuevos y se reconstruyó el muro de mampostería, entre otras actuaciones. En las bóvedas afectadas, se 'cosieron' los nervios de cantería que se habían desplazado. Los trabajos empezaron «en marzo y finalizaron a últimos de junio», puntualizó el portavoz vecinal, quien a su vez se mostró «muy agradecido» al Obispado, «que ha hecho lo que ha podido», aunque «sería necesario pintar y arreglar las ventanas», dejó caer. Lo mencionó como por encima, «porque sabemos que no hay dinero». Pero ahí queda el mensaje. Tras las labores de limpieza que están realizando los vecinos, acudirá un grupo de profesionales «que se encargará de retirar el polvo de los retablos» y de otros elementos religiosos. Con todo, esperan que la iglesia se abra en un mes, cuando lleguen las fiestas, porque normalmente no se celebra una cosa sin la otra.
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