Un vecino acudirá a la Fiscalía «como último recurso para salvar las Escuelas de Terán»
Cabuérniga ·
Guillermo Rolland anuncia acciones legales para tratar de salvar este bien patrimonial, abandonado desde hace más de treinta añosLos vecinos de Cabuérniga no van a dejar morir el edificio de las antiguas escuelas de Terán, un inmueble que fue declarado Bien Inventariado ( ... BI) en el año 2001, que pertenece a un particular y que se encuentra en estado de ruina, esquelético, frío y abandonado. El tema viene de muy atrás, desde al menos 1986, cuando el Ayuntamiento le vendió la propiedad a José María Pérez Reigadas, un particular que hasta ahora no ha hecho nada por rehabilitarlo. El evidente abandono y la inacción de las diferentes administraciones ha llevado a Guillermo Rolland, vecino de Selores, a tomar una determinación: «poner una demanda en la Fiscalía de Cantabria», con la que espera remover conciencias, cargar responsabilidades y que alguien salve el inmueble de una vez.
Se trata de una estructura grandilocuente, situada en un entorno bucólico. Probablemente, «uno de los mejores ejemplos del arte neoclásico de la región», comenta Rolland. Un edificio que se ha ido quedando en los huesos y está a punto de desplomarse ante la inacción de los implicados. El propietario solicitó una licencia de obra hace al menos dos años para arreglar el tejado, pero tal actuación no se ha llevado a cabo a día de hoy.
El alcalde, Gabriel Gómez, asegura que ha instado al dueño en varias ocasiones a poner una solución y la Consejería de Cultura tampoco ha actuado sobre el inmueble. Sin embargo, Rolland considera que es esta última la que debería hacer algo. «Podría llevar a cabo las obras para al menos restaurar la cubierta y luego pasarle la factura al propietario y en caso de que no quiera hacerse cargo, expropiar el inmueble», explica. Al tratarse de un BI, la ley dice que «el Gobierno de Cantabria puede expropiar la propiedad si no se están cumpliendo los deberes de conservación».
Rolland, que junto a algún que otro vecino interesado, se está movilizando para recoger firmas, asegura que «llevo 15 años luchando para salvar este edificio con malos resultados». O nulos. «Se han hecho mil cosas (Podemos presentó en el Parlamento una proposición no de ley para que el Gobierno de Cantabria actuase), pero no ha servido de nada, por eso hemos pensado en poner una demanda en la Fiscalía como último recurso, que puede tener consecuencias civiles e incluso penales».
También han solicitado una audiencia con el Consejero de Cultura, Francisco Fernández Mañanes, «pero no nos han contestado». «Es una ruina exponencial, un edificio moribundo, y puede haber un posible delito de prevaricación por parte de todos los que no están haciendo nada», asegura Rolland.
Por otro lado, existe un proyecto para convertir el espacio en un centro de investigación gastronómico, que daría mucha proyección en este ámbito al valle de Cabuérniga, pero mientras no se actúe, lo único que suena en torno al edificio es un profundo eco de abandono. «Tiene una cubierta admirable, fue muy bien diseñado por el arquitecto Mariano Pueyo Puyol allá por mil ochocientos y pico». Es un bien patrimonial importante que apenas puede respirar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión