Argoños coloca en la rotonda del Gromo la escultura del escudo municipal que llegó desde Tailandia
El encargo, a un artesano del país asiático, incluye otras cuatro creaciones que se instalarán en los próximos meses
Una de las cinco esculturas que el Ayuntamiento de Argoños encargó a un artesano de Tailandia ya se deja ver en el municipio. La rotonda de El Gromo ha sido la ubicación elegida por el alcalde, Juan José Barruetabeña, para colocar la creación que representa en piedra el escudo municipal.
Aún está pendiente la instalación de las otras cuatro esculturas procedentes del país asiático. El conjunto de las obras ha supuesto un desembolso municipal de 4.700 euros. (IVA y travesía marítima incluida). Todo el lote está realizado en piedra maciza caliza blanca y, entre todas, pesan de 300 a 400 kilos.
Entonces, el regidor ya justificó que el motivo de haber realizado el encargo a un escultor tailandés era exclusivamente económico. «Por cada pieza, aquí, nos hubieran pedido más de 30.000 euros. Nosotros, a esas cantidades, no podemos ni acercarnos» explicó Barruetabeña, dejando claro que, en su Ayuntamiento, cuando hay que hacer un gasto, «primero se mira en el propio municipio, luego en la comarca y luego se va a ampliando el círculo». En esta ocasión, lo único que hubo que pagar 'extra' fueron los portes finales, en camión.
El objetivo de esta iniciativa, explicó el alcalde, es «seguir embelleciendo el municipio y crear atractivos turísticos en las diferentes rutas»
Virgen del Mar
La escultura de Virgen del Carmen, de 2,5 metros de altura, se ubicará en una roca en el mar, en la zona del Rivero, lugar donde se celebra la fiesta en honor a la patrona de los marineros en el mes de julio. Para ello, el Consistorio ha pedido permiso a laDemarcación Territorial de Costas y está pendiente del informe de autorización.
La obra de mascota del municipio, la vaca Isidora, se instalará en los alrededores del futurocentro polivalente, mientras que para las dos garzas, elegidas como símbolo y representación de las aves que viven una gran parte del año en las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, espacio protegido que forma parte del patrimonio natural del municipio, aún se está pendiente de decidir el emplazamiento.