El Instituto Manzanedo cumple 150 años

La inauguración del colegio 'San Juan Bautista' – hoy Instituto de Educación Secundaria Marqués de Manzanedo – se vivió como un acontecimiento festivo en toda regla. No era para menos. El centro educativo, donado por Juan Manuel Manzanedo y González, primer Marqués de Manzanedo y primer Duque de Santoña, aventuraba un futuro prometedor para los estudiantes y, por ende, una mejora de la calidad cultural y social en la villa. Y no se equivocaron los que aquello pensaban.

A punto de cumplirse sus 150 años de vida, han sido miles y miles los alumnos que se han formado en las aulas de este histórico e imponente inmueble. El próximo 24 de junio se conmemorará la especial efemérides. La pandemia impedirá celebraciones de gran envergadura, aunque la dirección del instituto no quiere que este aniversario pase completamente desapercibido. Para evocar su puesta en funcionamiento, se ha organizado una exposición fotográfica en la Casa de Cultura que se podrá contemplar a partir del próximo jueves. «Teníamos muchas ganas de celebrar este aniversario, pero con lo del covid hemos decidido dejar las celebraciones tipo jornadas, charlas y eventos para más adelante. Mi deseo es que todo el mundo que quiera ir a los actos pueda acudir sin problemas de aforo y, por eso, se conmemorará cuando la situación lo permita», explica la actual directora del instituto, Diana Iglesias.

Para mitigar esa pena, se podrá contemplar una completa exposición con fotografías que repasarán la larga historia del centro educativo. Las imágenes han sido donadas por antiguos exalumnos, tanto de Santoña como de fuera, y hacen referencia a las propias instalaciones y a las actividades y estudios que se impartían antaño, como los de náutica. «También hay fotografías de los talleres y salas antiguas, las primeras orlas que se realizaron en los años 90, imágenes de antiguos profesores y una que a mí me gusta mucho del autobús escolar», detalla la directora.

Para el montaje de la muestra cuentan con la colaboración del fotógrafo local, Alfonso Martínez Pla, que está trabajando, junto con los responsables del centro, en la selección y producción de las imágenes ya que algunas «han sido cedidas en papel o están escaneadas y hay que ver si tienen suficiente tamaño y calidad para exhibirlas».

La muestra permitirá a los visitantes ver cómo ha evolucionado el instituto pero, sobre todo, subraya Iglesias, se concibe como un homenaje al Marqués de Manzanedo. «No se nos puede olvidar que el centro en el que trabajamos fue un regalo para los santoñeses de una persona que quería lo mejor para su pueblo y ayudarle a prosperar. Con ese fin se construyó el centro: para que los niños pudieran ir allí a estudiar. Y es de bien nacidos ser agradecidos».

El instituto fue una de las tres importantes obras que el Duque de Santoña sufragó en su pueblo para el beneficio de los vecinos. Las otras dos fueron el ya desparecido hospitalillo y el Palacio de Manzanedo, hoy Casa Consistorial.

Juan Manuel Manzanedo y González, nació en Santoña el 9 de marzo de 1803 y emigró, como muchos jóvenes de aquella época, a Cuba con 17 años en busca de un horizonte más próspero.

A base de trabajo y buenos negocios, principalmente relacionados con la compraventa de caña de azúcar y tabaco y con el tráfico y comercio de expediciones negreras, hizo una extensa fortuna. Regresó a España en 1845, calculándose su patrimonio económico en 50 millones de reales.

Una parte de ese dinero le empleó en sufragar el Colegio de Primera y Segunda Enseñanza San Juan Bautista, con el fin de proporcionar a los jóvenes de toda la provincia tan completa educación como permitiera, el entonces estado de la enseñanza pública de España. El marqués, tras adquirir la gran parcela, encomendó el diseño del proyecto al arquitecto cántabro Antonio Ruiz de Salces, que estudió todos los planos de los mejores colegios de Europa y América, y procuró con sus conocimientos que la obra se acomodase con naturalidad a las necesidades y costumbres españolas.

El resultado fue un hermoso edificio de estilo neoclásico que rivalizó en aquel momento con las mejores construcciones del viejo y del nuevo mundo. El acto de inauguración contó con la asistencia del propio fundador y su familia. Junto a ellos estuvo el prelado, el gobernador de la provincia, el comandante general militar y el alcalde de Santoña así como regidores de numerosos pueblos de Cantabria.

En su discurso, el Marqués explicó que su deseo era que «bajo la dirección y disciplina de doctos ejemplares maestros, reciba la juventud montañesa y la de otras comarcas españolas y aún de América, instrucción gratuita y ejemplos de enseñanza morales para bien ordenar la vida y las costumbres, y prepararse sólidamente a emprender carreras científicas y profesionales». Se impartirían enseñanzas de las Primeras Letras, Teología, Jurisprudencia civil y canónica, Farmacia, Medina, Comercio, Pilotaje...

El director del centro y el capellán sirvieron de guías para visitar las distintas aulas y dependencias destacando «la riqueza y disposición» de los gabinetes de Física y Química y los de historia Natural y Náutica. «Grata sorpresa causó la abastecida biblioteca, surtidas sus estanterías con notables ejemplares donados en buena parte por el canónigo del Sacromonte de Granada, Juan Cueto y Herrera, y también la sencilla pero amplia y bien dotada capilla con la altura del edificio». Gran numero de jóvenes, especialmente de Santoña y comarca formalizaron con presteza la matrícula para iniciar la actividad escolar, pudiendo optar entonces por la modalidad de internos, medio pensionistas y externos.