La entrada de Pedreña vuelve a brillar

El vecino astillerense David Temprano, de 18 años, ya se había percatado en sus visitas a Pedreña del mal estado del mural, de grandes dimensiones, que se encuentra en un muro del puerto, frente al embarcadero de Los Reginas. Por ello, cuando le llegó el anunció del proyecto del Gobierno regional para colaborar en su recuperación no se lo pensó dos veces. «Me gustó la idea de poder echar una mano y dejar tu marca en algo que va a estar ahí a ojos de todos el mundo», dice.

Así que se embarcó en lo que han sido dos semanas de trabajo para recuperar el mural. Unas mañanas de desempeño que han tenido lugar bajo un sol de justicia, calor y también de música, que animaba el ambiente. Todo ello junto a nuevos amigos de su edad con lo que David ha coincidido en el programa. «No los conocía de antes y la verdad que ha habido muy buen rollo. Hemos hecho piña», dice el joven que reconoce que «repetiría le experiencia sin dudarlo».

El mural, detalla el propio David, «daba pena» hasta que el grupo comenzó a trabajar. El paso de los años había hecho mella en una pintura que realizó otro grupo de chavales, vecinos del municipio, en 2007. «Fue un proyecto que creo recordar que coordinó el Ayuntamiento en aquel entonces y que realizaron jóvenes que ahora tendrán unos 35 años», dice el nuevo concejal de Cultura de Marina de Cudeyo, Jaime González. Fruto de esa labor se hizo una composición en la que aparecen representados distintos emblemas del municipio, no sólo están escritos los topónimos de sus pueblos y dibujadas sus iglesias, también forman parte de la composición otros elementos como las mariscadoras o los remeros de La Pedreñera.

La obra no ha sido modificada, simplemente ha sido una labor focalizada en la recuperación del trabajo original. «Es un mural identitario del pueblo que merecía ser conservado», dice Lydia Quevedo, doctora en Bellas Artes y restauradora de la Fundación Santa María de Toraya. David explica que «muchos vecinos mientras trabajábamos se acercaban y nos decían que ya era hora de que se arreglara». No obstante, muchos temían que vaya a durar en buen estado poco tiempo a causa de ataques vandálicos. «La verdad que a mí me sorprendió que pese a lo mal que estaba el mural no tenía ningún grafiti encima», dice David, que a su vez apostilla que «estamos todos cruzando los dedos para que lo sigan respetando y nadie haga nada encima».