El proyecto del águila pescadora se consolida y extiende su estirpe por la costa
La pareja de Txuriko y Landa han completado cuatro temporadas reproductivas con un resultado de 8 pollos a los que hay que sumar otros dos ya en nido
El proyecto de recuperación del águila pescadora en la bahía se consolida y está dando «muy buenos resultados», según sus responsables. La pareja estrella de ... la marisma del Conde (Marina de Cudeyo), Txurico y Landa han completado ya cuatro temporadas reproductivas. De su nido han nacido ya una decena de pollos, ocho de ellos ya jóvenes ejemplares que se están asentando en distintos puntos de la cornisa cantábrica. Los dos restantes son las crías de esta nueva temporada que serán anilladas y se les pondrá nombre por consulta popular como a sus hermanos.
Txuriko es un ejemplar escoces nacido en 2013 y que fue el primero que intentó hacer nido con distintas parejas y lo consiguió con Landa, una hembra francesa nacida en 2018. Hasta el momento, ambos han conseguido sacar adelante una prole de una decena de pollos. Es todo un éxito que se ha conseguido gracias al proyecto de recuperación del águila pescadora emprendido por el colectivo Osprey Centre para la interpretación de la curiosa rapaz, ya que, por cuarta temporada consecutiva, se consigue la reproducción con éxito. Cabe recordar que la iniciativa surgió en el año 2016 y que la primera pareja se formó en 2017, aunque la primera puesta de huevos tuvo lugar en 2022. A partir de ahí ya no ha habido primavera sin pollos ni cortejo.
El responsable del proyecto, el naturalista Carlos Sainz, explica que esta temporada llega cargada de «buenas noticias», puesto que tras la migración de los ejemplares jóvenes de la Bahía de Santander, se empiezan a ver ahora (tras dos años) los primeros retornos. Según explica Sainz esto es «un hecho fundamental para que la especie comience su recuperación en la cornisa cantábrica», subrayó. Y así está siendo tanto que en paises y comunidades vecinas del cantábrico como el sur de Francia o el País Vasco se están beneficiando de la población santanderina.



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Así, en 2024, Miera (macida en 2022) se afincó en la Reserva Natural de Cousseau, en las landas francesas. Otros dos ejemplares de la marisma del Conde (Jano y Laro) se han instalado también esta temporada en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y en Santoña. «Se espera que los ejemplares fijen su territorio en estos lugares y se conviertan en futuros machos reproductores», afirma Sainz.
Los bebés del proyecto cántabro también son internacionales. Por ejemplo, el pasado 13 de mayo se localizó a Anjana, la hembra más joven de la marisma del Conde, en Guinea Bissau, un dato que confirma que los hermanos santanderinos ivernan en la costa africana en países como Gambia, Senegal o Guinea.
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