Transición Ecológica pide más garantías para construir el aeródromo de Villasevil

Pero la respuesta del Miteco habla de las «múltiples carencias» existentes en la documentación presentada para ejecutar el aeródromo, como que se «minimiza» la presencia de especies de aves o fauna y se hace una «descripción somera» de las mismas. Habla también de «indefiniciones» en el estudio hidrológico, como la toma de suministro del agua para los edificios proyectados y para la limpieza de hangares y saneamientos; que los residuos generados (aceites, grasas, baterías) «no se encuentran valorados adecuadamente»; o un análisis «incorrecto» del tipo de afecciones en materia arqueológica.

El proyecto para construir un aeródromo en Villasevil no es nuevo, de hecho fue una idea de un vecino, Eduardo José Fernández, con experiencia en este tipo de instalaciones, quien comenzó la redacción del mismo «hace más de cinco años». Para ello ha contado siempre con el respaldo del Ayuntamiento de Santiurde y de la Junta Vecinal de Villasevil.

La resolución publicada este lunes en el Boletín Oficial del Estado (BOE) no es una negativa final a conceder los permisos, pero caía como un jarro de agua fría para quienes llevan tanto tiempo esperando tener noticias en positivo para iniciar su construcción. El alcalde, Víctor Concha (PP), destacaba que el proyecto «dará vida a todo el pueblo» y ponía en valor el estudio realizado en el que este empresario local «se ha gastado mucho dinero y esto será bueno para el Ayuntamiento», defendía, subrayando que el aeródromo será un «atractivo turístico» y económico para el municipio, que seguirán apoyando desde la entidad local.

El promotor de la instalación, Eduardo José Fernández, lamentaba este lunes los retrasos en temas burocráticos que está padeciendo el proyecto que será un foco «de atracción social muy importante» para Santiurde. «La gente tiene ganas de volar y traer su avión, va a traer muchos más beneficios y es perfectamente compatible con el entorno», incidía, tachando de «absurdos» muchos de los requisitos que le piden y que, a su juicio, denotan «un gran desconocimiento del mundo de la aeronáutica». Pese a la resolución solicitando una ampliación del estudio de impacto ambiental, el empresario señalaba que seguiría «trabajando» en ello, «porque no tenemos una negativa, el alcalde me da fuerzas para seguir y lo vemos positivo», resumía.

A su juicio, los argumentos del Miteco no están justificados. «Si te digo la verdad, yo creo que los técnicos no se han leído el proyecto», afirmaba, tras asegurar que «se han hecho todos los estudios» que se requerían: el de la fauna, el arqueológico y medido los impactos. «Han resuelto negativamente sin justificación y no nos han contestado», opinaba.

A la par, el empresario incidía en que las carencias que señala el informe no son tales y que se pueden comprobar, pero simplemente «no se ha revisado bien» el proyecto. «Todos los beneficios van a quedar destinados al Ayuntamiento y a la zona, yo solo soy un apasionado de estos temas no lo hago para ganar dinero, pero opino que es un bien para todos», concluía.

Se proyecta la instalación de un aeródromo de uso restringido, que se utilizará como base de las aeronaves y tendrá un máximo de 750 vuelos al año. Se efectuarán actividades de ocio, deportivas, y, puntualmente, transporte sanitario y lucha contra incendios, entre otras. En la instalación, sólo se contemplan operaciones de día.

El aeródromo contará con una pista de 700 metros de longitud y 15 de anchura. Se construirá una plataforma de estacionamiento de aeronaves de 2.630 metros, hangares modulares, un edificio de servicios de más de 4.000 metros y una zona destinada al abastecimiento.