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La avispa asiática ya se ha asentado en Monte.
La avispa asiática sigue su expansión y se asienta ya en Santander

La avispa asiática sigue su expansión y se asienta ya en Santander

La especie llega hasta el barrio de Monte, donde ha comenzado a atacar a las abejas de la zona

maría de la cueva

Lunes, 1 de agosto 2016, 07:51

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Viajó a Europa en 2004 de polizón en un barco cargado de madera procedente de China. Recaló en Burdeos, desde donde fue avanzando por toda Francia, a razón de 90 kilómetros al año. Entró en España en 2010 por Irún y se siguió expandiendo por Guipúzcoa, Navarra, Vizcaya, Burgos... En Cantabria ya se ha instalado en 44 municipios y Santander no se iba a escapar. La avispa asiática ya ha llegado hasta Monte, barrio de la capital en el que se han detectado varias colmenas.

Aunque no se considera una plaga, sí son una amenaza para la conservación de la biodiversidad de la región. Su modus operandi es un quebradero de cabeza para aquellos que intentan combatirlas, ya que sus nidos pueden estar a una altura de 20-30 metros del suelo. Según el propietario de la vivienda donde se han localizado estos ejemplares, que prefiere mantenerse en el anonimato, «el vuelo de las avispas que revolotean por esta zona y mi experiencia me hacen pensar que debe haber tres nidos cerca de Monte».

Desde que se produjo el avistamiento de Ojébar hasta fines del pasado año, el avispón se detectó en 44 municipios, se recontaron 310 localizaciones (208 en suelo rústico y 102, en urbano); se intervino en 91 nidos; se retiraron 33 (el 36,26% de los que se visitaron); se fumigaron 16 (17,6%), que sin embargo no se eliminaron, y en 42 casos las colmenas del avispón resultaron inaccesibles (46,15%).

Su modus operandi es sencillo. Cuando detectan la llegada de las abejas cargadas con polen y néctar, las atacan de forma rápida, llevándolas al suelo, donde las matan. «Hace unos días, las abejas que tenía aparecieron muertas y decapitadas. No encontraba una explicación razonable hasta que leí en la prensa la noticia», relata el vecino.

Desde la Asociación de Apicultores de Cantabria (AAC) afirman que «pese a ser una alarma social importante, este año la detección de nidos ha sido mucho más tardía que en años anteriores, probablemente causado por la primavera tan atípica que hemos vivido en el norte». Si el año pasado, el tamaño de los nidos erradicados en la región era comparable a la de dos melones, este año, según César Alonso, presidente de la Asociación de Apicultores, «los nidos son más pequeños, más parecidos a un melón».

Pero la amenaza está ahí fuera, sobrevolando las zonas urbanas. Por ello, la Consejería de Medio Rural, en coordinación con la Dirección General de Ganadería y la Dirección del Medio Natural, han puesto en marcha un protocolo de actuación con el fin de controlar la expansión de esta especie. Según se indica La Estrategia de Gestión y Control de Especies Exóticas Invasoras de Cantabria, el modo de erradicar los nidos es «destruir los asentamientos, reducir la piquera en colmenas para impedir la entrada de las avispas y colocar trampas para capturar reinas y fundadoras de febrero a mayo, pero no trampas selectivas». Los apicultores solicitan al Gobierno de Cantabria «una mayor implicación en un asunto que afecta de manera directa al sustento económico de muchas de las familias en Cantabria». Los 35 apicultores cántabros que viajaron a Bruselas el pasado mes de marzo reclamaron ante el Parlamento Europeo la puesta en marcha de una estrategia común de control de la Vespa Vetulina.

«En países como México, donde la presencia de estos insectos supone también una amenaza, han desarrollado un producto químico que atrae a las avispas y las elimina. La UE debe orientar todos sus esfuerzos a desarrollar un plan de investigación efectivo y letal contra estos insectos», exige Alonso.

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