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Las obras de mejora de la Bajada de Polio durarán hasta finales de año.
Polio prepara su nueva bajada

Polio prepara su nueva bajada

El tramo que enlaza el paseo del General Dávila con la avenida de Los Castros, a la altura del colegio Salesianos, se encuentra inmerso en obras para ensanchar sus aceras y conectarse con una glorieta en su alto

Víctor Puente

Miércoles, 10 de agosto 2016, 21:33

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Carriles estrechos por los que los coches casi se besan con los retrovisores al cruzarse. Aceras de más de medio siglo en las que solo se puede andar en fila india. Y una pendiente de unos 200 metros que nada tiene que envidiar a los puertos del Tour de Francia, curvas incluidas. La Bajada de Polio no invita ni a peatones ni a conductores a pasar de la avenida de Los Castros al paseo del General Dávila o viceversa.

"Cuando salen los críos del colegio se forma un caos en la carretera que no hay quien pase. Los padres aparcan en doble fila y durante casi quince minutos uno de los carriles se bloquea". La queja procede de uno de los conductores de los autobuses municipales de la ciudad, los vehículos que por sus dimensiones más problemas sufren en la zona.

Pero la inseguridad no se queda ahí. "Esto estaba bastante mal. Era un peligro constante subir y bajar andando por esta cuesta. Las aceras eran muy estrechas y en algunos tramos había que hasta salir a la carretera para llegar hasta abajo". Lo dice una vecina de General Dávila, que se las ve y se las desea cada vez que se sube a las escuálidas aceras de Polio con sus nietos, carrito de bebé "agarrado bien con las dos manos".

Seis meses de obras

  • detalles de la obra

  • Las obras de mejora de la bajada de Polio han obligado a cortar este vial, con acceso solo para residentes, de manera que el resto de vehículos tienen que emplear recorridos alternativos para desplazarse entre la avenida de los Castros y General Dávila.

  • El proyecto afecta a un vial de 240 metros de longitud, en el que se prevé ampliar la calzada, que constará de dos carriles (uno en cada sentido) de entre 3,20 y 3,50 metros de anchura cada uno de ellos.

  • Se construirán aceras de más de 1,80 metros de ancho en ambas margenes del vial.

  • El cruce de la Bajada de Polio con General Dávila, a la altura del colegio Salesianos, se resolverá mediante una glorieta de 30 metros de diámetro exterior y dos carriles de circulación.

  • Con esta solución, se aumentará la seguridad vial y la fluidez del tráfico, al tiempo que se eliminan peligrosos giros a la izquierda y se facilitan los cambios de sentido.

  • Los trabajos incluyen también la construcción de seis muros de hormigón armado para la contención de tierras con alturas que oscilan entre 0,6 y 2 metros, y la reposición de todos los servicios urbanos existentes, como la red de alcantarillado, abastecimiento, alumbrado público y red eléctrica.

  • Igualmente, se instalará un nuevo centro de transformación en sustitución del actual, con el fin de adaptarlo a la nueva geometría del vial, se abordarán los correspondientes trabajos de ornamentación y ajardinamiento del islote central de la nueva rotonda, y se colocará nuevo mobiliario urbano.

Sus quejas han sido escuchadas. La zona se encuentra estos días patas arribas. Las máquinas han entrado en la zona para levantar el suelo y, precisamente, hacer lo que piden conductores y vecinos. Aceras más anchas y una rotonda para ordenar el tráfico en una zona de apenas doscientos metros. Los trabajos comenzaron en junio y forman parte del proyecto de mejora de la Bajada de Polio que el Ayuntamiento de Santander ha encargado a la empresa SIEC por un presupesto de 694.177 euros, dando así respuesta a una reclamación vecinal de hace años.

"Cuando levantaron media General Dávila para arreglar las tuberías porque a los vecinos de los edificios más altos no les llegaba el agua aprovechamos para pedir al alcalde que hiciera esta obra. La Bajada de Polio no podía aguantar más tiempo con aceras que no se renovaban desde hace más de cincuenta años. Y con el tráfico en General Dávila, idem de idem. Necesita de más rotondas como el comer. Le pedimos una en Los Salesianos y otra en la zona de Las Antenas. Al final solo han hecho una, pero mejor eso que nada...". Ricardo Sainz, de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Santander (Fecav) se congratula por la mejora que va a experimentar la Bajada de Polio, mientras recuerda que fue su colectivo el que sugirió la idea que las máquinas están convirtiendo estos días en realidad.

"Hay que procurar acabar con este tipo de aceras en la ciudad. Son muy pequeñas y muy peligrosas. Suerte que hemos tenido de que no haya habido ningún atropello fuerte en todos estos años". Eso, sobre la anchura de una calle que en pendiente y con varias curvas solo es para conductores y peatones valientes. Y sobre la futura glorieta, ¿qué le parece la nueva rotonda que van a hacer? "La circulación va a ser más rápida porque eso es lo que tienen las rotondas. Al no haber semáforos, normalmente sales más rápido. Va a quedar bien, seguro".

En Cristalería Alce, un comercio de la zona, también están seguros de que la mejora vendrá bien al barrio. Por lo menos creen que su imagen dará un giro de 180 grados. "Todo lo que hagan, bienvenido sea, porque esta cuesta era un peligro constante. Las aceras eran tan estrechas que incluso había que salir a la carretera para llegar hasta abajo. Y si ibas con un carrito de bebé o con el de la compra, ya no te quiero ni contar".

De lo que también se alegran en el barrio es de que hayan decidido iniciar las obras en verano (comenzaron en junio y tienen previsto acabar para diciembre) porque es cuando la actividad en el colegio Salesianos, uno de los principales motivos de las aglomeraciones que se forman a la entrada y salida de los escolares, reduce su actividad. "El principal problema que hay en esta zona es la entrada y salida de los niños. Sobre todo al mediodía. Los padres aparcan sus coches en doble fila para recogerlos y uno de los dos carriles se queda inhabilitado. El caos dura al menos quince minutos". El testimonio es de un conductor de los autobuses del TUS que prefiere mantener su identidad en el anonimato, pero no así su deseo de que con la rotonda la situación mejore. "Agiliza el tráfico más que los semáforos porque no tienes que estar esperando a que se abran. A mí personalmente me gusta más. Ahora habrá que ver dónde aparcan los padres con menos sitio para dejar el coche en doble fila".

De momento, los padres que llevan sus hijos al colegio Salesianos se han tomado bien los cambios que experimentará el barrio. "Al colegio vienen muchos niños que suben y bajan esa cuesta para ir a clase. Y sus padres ya nos han comentado que están encantados con que hagan las aceras más anchas porque antes era un riesgo pasar por ahí, pero lo hacían porque no les quedaba otra", explica a este periódico el director del centro, Alfonso Villa.

A pesar de la complejidad de la obra "porque apenas hay sitio", Villa aplaude la iniciativa del Ayuntamiento para dotar a la zona de un espacio más seguro tanto para peatones como para vehículos. "General Dávila es una avenida con mucho tráfico y la rotonda ayudará a aminorar las velocidades de los coches en una zona como la nuestra en la que la presencia de niños obliga a circular con precaución".

La obra parece del agrado de una mayoría, pero como nunca llueve a gusto de todos, también aparecen vecinos inconformistas. "Lo que más habría gustado a la gente es que hubieran hecho algo para subir esta cuesta tan pronunciada". La opinión procede de Farmacia Sañudo, también del barrio. También les habría gustado que hubieran hecho esta obra al mismo tiempo que asfaltaron la carretera de toda General Dávila el año pasado.

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