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La ciudad aplaude la vuelta de la Grúa de Piedra

La ciudad aplaude la vuelta de la Grúa de Piedra

Cientos de santanderinos participaron en la puesta de largo de la rehabilitada estructura industrial, icono de la bahía santanderina

Violeta Santiago

Sábado, 10 de junio 2017, 07:48

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El 18 de mayo se la colocó de nuevo en su sitio, en la línea del horizonte, del que había faltado más de 130 días, así que la ciudad ya había recuperado su silueta. Pero anoche se esperó a la oscuridad para subrayar su nueva iluminación Santander celebró su vuelta: hubo música, el homenaje a sus cuatro últimos operarios, luna llena y una producción teatral de La Machina en la que participó Vane Peripecias. La pianista Cristina Presmanes y la mezzosoprano Lorena Valero pusieron la nota musical ante los cientos de santanderinos que llenaron el muelle saliente de Maura para aplaudir un regreso muy esperado.

Jaime González, presidente del Puerto de Santander, aludió al «especial mimo» con que se ha rehabilitado la estructura «ya que teníamos entre manos uno de los monumentos más queridos de la ciudad». Un monumento que anoche contó en primera persona a través de un vídeo cómo ha sido su vida desde su privilegiado emplazamiento: los asistentes pudieron saber que su nombre real era grúa titán y que recuerda el terrible incendio de la ciudad en 1941. También que uno de sus recuerdos favoritos fue la llegada del primer ferry desde Inglaterra en 1974, recién inaugurada la Estación Marítima, que «sembró la ciudad de turistas británicos». Tuvo palabras de reconocimiento, además, para el Santander que, «a pesar de haberse convertido en uno de los principales bancos del mundo, salvaguarda su esencia y mantiene su sede en la ciudad que le vio nacer», y se felicitó por su nuevo vecino, el Centro Botín.

La Grúa recalcó que ha vivido «muchas anécdotas, muchas suradas. He sufrido y me he divertido con vosotros, he compartido la historia de mi ciudad». No piensa «volverse a mover» de su sitio y se declaró contenta de verse casi nueva, «pero con la mayor parte de las piezas originales» y que así la puedan apreciar los turistas extra que llegarán este año a la región con motivo del Año Jubilar Lebaniego.

La vicepresidenta de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, y la alcaldesa de Santander, Gema Igual, remarcaron que esta estructura ha formado parte de la historia de la ciudad y «es memoria de los santanderinos. Es de todos», dijo la regidora. Al acto acudieron Íñigo de la Serna, ministro de Fomento; José Llorca, presidente de Puertos del Estado, y Juan Bravo, presidente de Adif. Los cuatro trabajadores que participaron recibieron un recuerdo conmemorativo elaborado en metacrilato con una foto y un tornillo original de la Grúa (de los que se descartaron al restaurarla).

Referencia ciudadana

La cita ha tenido lugar exactamente dos semanas antes de la inauguración oficial del Centro Botín, cuya construcción se planificó en un primer momento ocupando el espacio del muelle de Maura donde se ubica este icono. Pero este plan levantó la típica polvareda a su favor, lo que obligó a Renzo Piano a trasladar unos metros el Centro Botín. Aquel movimiento fue una reivindicación de lo que supone la Grúa para la ciudad: un sitio estratégico para el que no se querían experimentos.

Porque la machina no es solo una reliquia industrial en desuso desde los años 80. Se jubiló como elemento de carga y descarga tras 90 años de actividad, aunque no como referencia de los santanderinos, para quienes ha sido objeto de concursos de fotografía, señal para las regatas en la bahía y punto de salida de la goleta Cantabria Infinita cuando hacía travesías marítimas para observar la lluvia de estrellas. Ha sido inspiración para artistas, espacio de encuentro para pasacalles, lugar en que unos trabajadores movilizados deshacen su marcha, zona para un simulacro de desactivación de bombas de los Tedax e, incluso, fue utilizada como armario durante tres meses de un matrimonio de sin techo madrileños allá por 2012.

Pocos santanderinos saben hoy que el muelle sobre el que se construyó era de madera, por lo que para soportar sus 48 toneladas de peso la sólida base de piedra se prolongó por debajo del muelle hasta el fondo marino. Otro detalle en riesgo de olvido es que su motor original fue de vapor hasta 1927, cuando se le adaptó uno moderno motor eléctrico. Cuando la Grúa de Piedra se plantó en la bahía estaba en el corazón de la actividad portuaria santanderina, pero González destacó ayer que esta actividad «ha sabido desplazarse» hacia un área más adecuada.

La Autoridad Portuaria ha querido acentuar la recuperación de la estructura poniendo en pie en el Palacete del Embarcadero una muestra en la que se exhiben hasta el próximo día 18 dibujos, pinturas, grabados, fotografías, esculturas, y maquetas. También se pueden ver múltiples ejemplos de cómo se ha utilizado la Grúa de Piedra como icono de la ciudad. Quien la visite encontrará obras de reconocidos artistas y profesionales de la imagen como Jesús Avecilla, Gloria Torner, Agustín de Celis, Juan Uslé, Juan Moro, Roberto Orallo, Ángel Izquierdo, Yolanda Novoa, Ángel de la Hoz, Pablo Hojas, Pedro F. Palazuelos, Jorge Fernández, Luis Otí, entre otros.

La institución hizo hace tiempo un llamamiento a los santanderinos y se han incorporado a la muestra piezas procedentes de colecciones particulares y recuerdos de ciudadanos de Santander.

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