Ver 12 fotos
Adiós a la sardina entre lágrimas y carcajadas
El humor protagonizó este domingo en Santander el caricaturesco entierro de la Sardina
Estaba llamada a ser una tarde aciaga, irónicamente hablando, claro. Los ingredientes eran los más tristes: lamentos por la despedida del carnaval, un río de ... lágrimas por el entierro de la sardina y un nordeeste helador –esto sí que fue crudamente real–. La comitiva partió, como viene siendo costumbre en los últimos años, de la entrada del Palacio de Deportes para caminar hasta la explanada del parque de Las Llamas.
Allí llegó el caricaturesco obispo con los pesarosos voluntarios de las comparsas que se prestaron a cargar con el cadáver del colorido pescado, que para la ocasión lució unos labios sorprendentemente rojos y carnosos. «Pobrecilla, con lo guapa que era», satirizó el religioso de pega para despertar la carcajada de los presentes, más numerosos que de costumbre porque en la tarde de este domingo el público más tempranero y curioso del Racing se sumó al evento, pues el partido comenzó a las nueve de la noche.
Noticia relacionada
Un desfile dedicado a la fantasía en Santander
Un gran fogonazo inició la incineración de la sardina, el símbolo del fin de la diversión; la despedida al derroche de color, fantasía y fiesta que había tomado la ciudad durante todo el fin de semana. Se quemó todo «menos el morro. El botox no arde», rió el obispo; y entre lamentos y llantos se esfumó el carnaval santanderino. «No sintáis pena que, aunque mañana haya colegio y trabajo, volveremos en breve con los baños de ola», recordó el animador del evento, una de las caras más visibles de la peña La Pera, a los más de 1.400 participantes que este año han hecho posible la magia de esta fiesta.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión