Las comparsas acompañaron a la sardina.


El obispo de pega lideró la comitiva.


Hubo lamentos teatralizados durante todo el itinerario.


Fueron momentos de gran derroche de tristeza.


Cientos de personas acudieron al evento, entre ellos mucho público del Racing, que aguardaba al comienzo del partido a las nueve de la noche.


El fuego consumió rápidamente a la sardina.


Los labios, voluptuosos y rojos, se libraron de las llamas .


Mayores y pequeños contemplaron el sacrificio del pez.


Los disfraces estuvieron presentes en todo momento.


Los presentes se protegieron del fuerte nordeeste.


Las comparsas se mezclaron en la cita .


Lamentos, lloros y mucha, mucha tristeza.


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