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A un lado, en la acera, el apeadero del tren de Valdecilla y una parada de autobús. Al otro, en la de enfrente, otra parada. Y por el medio, entre dos rotondas –la de La Marga y la de Valdecilla Sur–, seis carriles por los que los coches circulan a gran velocidad. Por ese escenario santanderino cruzaban a diario decenas de personas. En vez de ir al paso subterráneo que hay entre el parque de La Marga y el polígono de la zona o a los pasos de cebra recorriendo en sentido circular la glorieta cercana al hospital. Por el medio para ahorrar tiempo, aunque sea arriesgado. Carrera hasta la mediana y otro acelerón para llegar al otro lado. Una escena cotidiana en la zona. Por eso, porque era una práctica arriesgada, la Demarcación de Carreteras ha colocado un largo tramo de valla en la mediana. «Para evitar los cruces temerarios», insisten. ¿Resultado? Que se ha reducido el número de personas que cruza, pero que aún hay muchos que lo hacen.
Un ejemplo. Este martes, a las 10.35 horas. Un joven se baja del bus número doce en la parada de La Marga. Echa un vistazo y ve el tramo nuevo de valla. Se lo piensa dos segundos y enfila la carretera. Se va hasta donde acaba el nuevo obstáculo por el arcén, ya casi en la rotonda de entrada a Santander –otros, directamente, saltan la valla, que tiene cierta altura–. Cruza y vuelve a cruzar entre coches. Llega al otro lado y su rastro se pierde cuando entra al apeadero del tren.
En Carreteras recuerdan que «hay justo al lado un paso inferior donde se puede cruzar con seguridad». La mayoría de los que se juegan el tipo lo sabe (algunos no porque el paso está algo escondido), pero bajar hasta allí por el parque o por la rampa de acceso al hotel que hay en el inicio del polígono, implica un rodeo. Unos pasos más y tiempo. Por eso se la juegan –el mayor tránsito es de la parada de bus al apeadero o al revés.
Y la maniobra tiene dificultad. Hay valla en cada acera y ahora también en toda la mediana. Unos doscientos metros de tramo recién instalado. A los lados, sólo en la zona de las paradas se interrumpe el trazado. El lugar elegido para lanzarse. Pero es que además el tráfico es muy intenso. Los que entran a Santander camino de Valdecilla, Cuatro Caminos o de toda la zona de Cazoña, Albericia, Los Castros... Y en sentido opuesto, los que enfilan hacia la salida de la ciudad o Marqués de la Hermida. Y, en ambos lados, van rápido. Mucho. Además, los cambios de carril de los vehículos son muy frecuentes, lo mismo que el paso de ambulancias a la carrera por la proximidad del hospital.
«Es la vía mas rápida. El pasadizo te coge lejísimos y la otra opción es ir hasta Valdecilla Sur. Además, me quedaban tres minutos para coger el autobús y no me daba tiempo», contaba una mujer en el mes de abril en un reportaje que publicó este periódico sobre el arriesgado paso. Acababa de cruzar los seis carriles. Y por entonces aún no había valla en la mediana.
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Ana del Castillo
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