Casares asegura en su despedida que «no hay nada mejor que defender la ciudad donde se nace»

Casares ha aprovechado su última intervención de la sesión plenaria para agradecer el papel de todos aquellos que «me han acompañado, ayudado, apoyado y compartido conmigo este camino», desde aquel 23 de septiembre de 2013 en el que tomó posesión como concejal por primera vez. Un agradecimiento que ha extendido a sus compañeros del Grupo Municipal socialista, a los concejales y concejalas que le han acompañado en este pleno y también a los que lo hicieron a lo largo de estos años, y a los trabajadores anónimos del consistorio, «desde la Policía Local, quienes están en los diferentes servicios, quienes dan la cara en los centros cívicos o conducen el autobús, hasta las señoras que limpian cada tarde el ayuntamiento».

Ha destacado que en sus seis años en la política municipal «han pasado muchas cosas, pero quiero aprovechar hoy para defender la política municipal como escuela permanente de formación y aprendizaje de vida», ha destacado Casares. «El contacto directo con los vecinos, poder escucharles y llevar su voz a las instituciones, atender sus problemas y preocupaciones junto a ellos, es la mejor forma de servir a la ciudad y la mejor forma de aprender los límites y el alcance que tiene el servicio público», ha añadido al respecto.

«Ser concejal de un ayuntamiento como el de Santander significa estar las 24 horas del día al servicio de los vecinos, saber que todas esas personas que te paran en la calle, que preguntan, que piden y que incluso critican, lo hacen porque esperan de nosotros, de los 27 concejales y concejalas de esta Corporación, que trabajemos día a día por mejorar Santander y ayudarles, un poquito aunque sea, a mejorar sus vidas», ha defendido en la parte más emotiva de su intervención.

A continuación ha destacado que se lleva «miles de recuerdos, de anécdotas y de risas compartidas». También «algunos disgustos y situaciones que hubiera preferido no vivir, pero que me han enseñado también que en la vida no todos somos iguales y hay quienes creen que todo vale para conseguir un fin». Una referencia clara a la denuncia presentada contra él en diciembre de 2018 por el profesor asociado de la Universidad de Cantabria Manuel Agüeros por una supuesta falsificación de su firma en, al menos, tres actas de contratación de personal investigador de la institución académica durante 2012 con el objetivo de beneficiar, presuntamente, a un allegado de Casares. El Juzgado de Instrucción número 3 de Santander archivó hace tres semanas la causa, pero el concejal socialista está convencido de que la acusación, falsa como han demostrado los tribunales, tuvo una notable incidencia en los resultados de las elecciones municipales de mayo de 2019, en las que concurría como candidato del PSOE a la Alcadía de Santander.

Pero sobre todo y por encima de todo, Casares ha querido destacar que se lleva «muchísimo cariño de mucha gente, de muchos santanderinos anónimos, que me han llenado de afecto todos estos años con sus palabras y sus gestos».

El portavoz socialista ha asegurado que aunque renuncia a ser concejal, «mi compromiso y mi responsabilidad y cariño con esta ciudad va más allá de formar parte de esta Corporación». Y ha anunciado que seguirá «siempre disponible para todo y para todos para ayudar y contribuir desde donde esté a mejorar Santander».

«Os quedáis a hacer la labor más bonita que un servidor público puede hacer: querer, proteger y defender la ciudad a la que aman. Muchas gracias a todos, por todo lo aprendido», ha indicado para poner fin a su discurso, que se ha extendido más de tres minutos, durante los cuales no ha desvelado quién le sucederá como portavoz socialista en el Ayuntamiento.