Cierra la cafetería del Museo Marítimo tras expirar el contrato el pasado lunes
El local hostelero abrió sus puertas en Semana Santa y baja la persiana tres meses y medio después mientras el actual equipo de gobierno estudia el nuevo contrato
«Cerrado hasta nuevo aviso». Ese es el cartel con letras rojas escritas sobre un fondo blanco que puede leerse a las puertas del Museo ... Marítimo del Cantábrico, en Santander. El mensaje se refiere a la cafetería-restaurante que se abrió el pasado 5 de abril en la última planta del edificio. Justo un día antes del inicio de las vacaciones de Semana Santa. Pero la apertura del local parece que ha durado poco. En concreto, apenas tres meses y medio.
¿Qué ha ocurrido? Según informó ayer el nuevo equipo que está al frente de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria ha expirado el plazo del contrato. Es decir, ha terminado el periodo de tiempo que recogía el documento suscrito por el anterior Ejecutivo regional -previo a la celebración de las elecciones autonómicas del 28 de mayo- con el Grupo Bodi, empresa al frente del negocio hostelero. Era un documento de «muy corta duración». Así que el negocio ha bajado la persiana por un tema contractual, confirmó también la propia empresa.
La cafetería abrió sus puertas después de que terminara la reforma en la que se encontraba inmerso el edificio. Unas actuaciones que comenzaron en febrero del año pasado y que contaron con una inversión total de 1,3 millones de euros. ¿Y volverá a abrir? La respuesta está en el aire. En estos momentos sobre la mesa hay un nuevo contrato que está pendiente de ser revisado por los servicios jurídicos de la Consejería que, prácticamente, podría decirse que se acaba de instalar. El objetivo en todo caso es revisarlo cuanto antes para que, si es posible, pueda ponerse en marcha pronto.
Lo cierto es que la ubicación y las increíbles vistas panorámicas a la bahía de Santander que podían disfrutarse desde la terraza de la última planta del museo hicieron muy popular la llegada del negocio que estos meses ha estado gestionado por el Grupo Bodi. Además, el espacio también llamaba la atención por su amplitud, con 300 plazas para comensales, y el moderno acabado en madera con notas marineras, como las lámparas inspiradas en las velas de un barco. La cafetería cerró sus puertas con el covid y, desde el cambio de titularidad, estuvo inmerso en obras para su reforma integral hasta el pasado abril, cuando volvió a abrir. Por poco tiempo...
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