Los comercios de Isabel II y Lealtad, llenos de barro: «Nos ha llegado el agua hasta el almacén»
Las imágenes de acumulación de agua y de coches ‘navegando’ por la calzada de Isabel II se repitieron a primera hora de la mañana
Frustración, impotencia y resignación son algunas de las palabras más repetidas durante esta mañana por los propietarios y trabajadores de los locales comerciales situados en ... las céntricas calles Isabel II y Lealtad de Santander. Y es que al despertarse y enterarse de las noticias de la tromba de agua caída en la capital cántabra ya intuían la escena y las dificultades que se iban a encontrar al llegar a sus negocios.
Carmen, de calzados Lua, andaba con escoba en mano realizando labores de limpieza para poder abrir cuanto antes. «La otra vez que se me metió agua en la tienda, no abrí durante todo el día y tuve que acabar cambiando el suelo del local. Voy a limpiar para empezar la actividad cuanto antes», ha explicado mientras recogía el barro con ahínco.
«Estaba todo lleno de barro, nada más llegar he hecho un vídeo para el seguro y me he puesto a limpiar. Aunque tengo muchos zapatos elevados en altura, los armarios donde guardo los bolsos se han visto afectados y todavía tienen la marca de la otra vez que entró agua», ha destacado mientras hacía un gesto con la mano para señalar la zona de almacenaje en su tienda. «Esta situación te rompe todos los esquemas, ahora tengo que invertir cerca de dos horas para dejar decente el local». Un escenario de inundaciones que no es nuevo para los que tienen negocios por estas zonas: «Está claro que la ciudad no está preparada para soportar este tipo de lluvias tan intensas».
La calle Isabel II ha dejado momentos virales para las redes sociales, ya que han circulado vídeos en los que se veían a los coches 'navegar' por la calzada. A primera hora de la mañana todavía quedaban rastros de tierra y hojas que se acumulaban en las aceras.
Otro de los establecimientos que no ha podido arrancar con normalidad la jornada ha sido la óptica Nueva Visión. «Cuando he llegado a la tienda me he encontrado con dos deditos de agua. Es una zona complicada porque se nos junta la lluvia que llega desde la calle Burgos con la que viene de Isabel II. De momento, no puedo encender los ordenadores y los mostradores porque saltan los plomos», ha contado una de sus trabajadoras.
Con la entrada llena de papel -para intentar secar el suelo- estaba el establecimiento de productos de peluquería y estética Jevemosa. «La otra vez que llovió mucho, entró un poquitín de agua aquí, pero muy poco. Hoy nos ha llegado hasta el almacén», ha relatado Mónica, una de las socias, con los ojos vidriosos y visiblemente afectada.
«Ahora mismo no puede entrar la gente a la tienda, como mucho puede llegar hasta la zona del papel y pedirnos lo que quieran para que se lo sirvamos. Es una sensación de impotencia muy grande, ya había visto por redes sociales antes de venir la cantidad de agua que había caído. Si dejan que las rejillas de las alcantarillas estén sucias, con hojas y no drenan, esto volverá a pasar», ha lamentado.
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