Costas cederá La Horadada al Ayuntamiento, que sólo podrá destinarla a hostelería o uso deportivo
Desde el Consistorio afirman que «no están dispuestos a recibir el inmueble en mal estado» y solicitan negociar la concesión del edificio
La Horadada cambiará de propietario. Tras tratar de demolerlo y toparse con una protección que obliga a mantenerlo en pie, la Demarcación de Costas ha ... tomado la decisión de ceder el edificio al Ayuntamiento de Santander para que se ocupe de su mantenimiento, ya que fue la Administración que frenó el pasado enero su desmantelamiento por dos razones. La primera, porque la Demarcación no había pedido licencia de obra y, la segunda, porque el edificio está dentro del Plan Especial de Protección de El Sardinero, que sólo permite derribar los inmuebles que abarca si están en ruina y es para reconstruirlos. Sin embargo, desde el Consistorio no están dispuestos a recibir el inmueble «en mal estado».
Ahora, desde Costas se está tramitando la concesión de oficio de La Horadada al Ayuntamiento conforme a la Disposición Adicional undécima de la Ley de Costas. Este es el inicio del trámite y, dado que el inmueble no tiene uso, el Consistorio está exento de pagar un canon. Eso no quiere decir que, una vez finalice el proceso, pueda darle el uso que quiera al edificio, ya que seguirá sujeto a la Ley de Costas. Así, sólo podrá destinarse a hostelería -un máximo de 300 metros cuadrados- o para uso y actividades de carácter deportivo -150 metros cuadrados-.
CRONOLOGÍA
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2011 La Demarcación de Costas de Cantabria decreta el derribo del inmueble.
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2011 El Ayuntamiento de Santander pide que se paralice el derribo hasta que exista un nuevo local donde trasladar la actividad de hostelería.
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2018 Sus concesionarios abandonan la instalación y se trasladan al Balneario de La Magdalena, a pocos metros.
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2019 Un grupo de okupas se instala en el edificio, lo que impidió que la empresa Tragsa pudiera derribarlo.
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Noviembre 2021 Arranca el desmantelamiento del edificio tras la expulsión de los okupas que residían en su interior.
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Enero 2022 El Ayuntamiento paraliza la obra porque el edificio está protegido por el Plan Especial de El Sardinero.
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Febrero 2022 El Pleno de Santander aprueba la paralización del derribo y la búsqueda de nuevos usos.
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Marzo 2022 Costas hace una concesión del edificio al Ayuntamiento y salta la polémica sobre quién lo rehabilitará.
No hacen falta más, pues el asunto se debatió en el Pleno de febrero y esas fueron las dos opciones que barajaron los grupos. En concreto, la moción que se aprobó -presentada por el PRC y con una transaccional del PP- contemplaba la parálisis del derribo, que Costas destinase el dinero previsto al desmantelamiento a sufragar el coste de su reparación y encargar un estudio de viabilidad técnico-económico para llevar a cabo una concesión vinculada a usos autorizables por Costas - hostelería, actividades náutico-deportivas y servicios a los usuarios de las playas-.
Será el arreglo de La Horadada lo que genere más polémica, pues Costas ya ha iniciado el trámite para ceder el inmueble pero en el edificio no se ha hecho ninguna reparación. Sin embargo, desde el Ayuntamiento apuntan que antes de aceptar la concesión directa quieren conocer a qué obliga la ley a este respecto y reclamarán a Costas que lo ceda «en buen estado» y con una evaluación de los posibles usos. «La opción que defendemos desde el Ayuntamiento es la colaboración y el trabajo conjunto, algo que está siendo imposible respecto a las playas y sus dotaciones», apuntan fuentes municipales. Consideran que la vía «no es imponer unilateralmente la concesión, sino negociar y llegar a acuerdos»; recalcando que la Administración local «no está dispuesta a recibir un edificio en mal estado ni cargas económicas que no le corresponden». Al ser un inmueble que forma parte del conjunto histórico de El Sardinero y declarado Bien de Interés Cultural (BIC), creen que «la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, como órgano competente, debería implicarse en su conservación».
La demolición de La Horadada empezó a finales de noviembre y se paralizó en enero, cuando el arquitecto municipal comprobó que el edificio está dentro del Plan Especial de Protección de El Sardinero aprobado en 1996 por el Ejecutivo regional. Dentro de este plan, el edificio está catalogado con nivel dos de protección, lo que significa que las únicas demoliciones permitidas son las previas a la reconstrucción.
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