El derribo de dos edificios en El Cabildo, primer paso para acabar con el abandono del barrio
Los vecinos de la céntrica zona de Santander, sumida en la decadencia desde hace décadas, temen que los trabajos que dan comienzo ahora sean una actuación aislada
Pasadas las once de la mañana de ayer, dos operarios de la empresa Palomera colocaban varias señales en la calzada a la altura del ... número 9 de la calle Alta, en el Cabildo de Arriba. Un cartel sobre una de esas señales explica el corte parcial del tráfico -efectivo desde ayer y hasta el 31 de diciembre de este año, de lunes a domingo de 08.00 a 19.00 horas- por los trabajos de derribo de dos inmuebles, de los que la mayoría de sus pisos pertenecen al Ayuntamiento de Santander. Estas obras darán paso a pisos sociales en régimen de alquiler, ejecutados por el Gobierno de Cantabria y gestionados después por el Consistorio, y que, a juicio de la alcaldesa, Gema Igual, implican «seguir dando pasos en la regeneración de este barrio». Una opinión muy distinta tienen los vecinos de una zona que lleva décadas sumida en la decadencia y que acumula edificios en ruinas y solares vacíos. «Todo esto me parece humo», resume Chema Solórzano, que fue durante años secretario de la asociación de vecinos -ya no existe- y que encabezó, junto a otro grupo de afectados, la lucha por su «dignidad».
La actuación comenzó ayer con el vallado y el andamiaje de los inmuebles. La idea es que hoy se inicien los derribos, que se efectuarán a mano, ya que no es posible utilizar maquinaria por la delicada situación de las medianeras. Precisamente ese es uno de los asuntos que más preocupa a Sonia Santamaría. Siempre ha vivido en uno de los pisos del edificio número 7, que colinda con los que se derribarán, y ahora reside su hija. «Se han enterado antes los medios de comunicación del derribo que los vecinos del edificio colindante», lamenta. «La primera interesada en que esto se ejecute soy yo. Pero las cosas hay que hacerlas bien». Cuenta que «no se han llevado a cabo medidas para afianzar los edificios que están pegados a los que se van a derribar». Una situación que le «preocupa mucho, porque está en juego la seguridad de mi hija». «Lo único que pido es que la demolición no afecte a la estabilidad del resto de inmuebles de la zona. Parece que con los vecinos del Cabildo todo vale», concluye.
«Queda todo por hacer»
La dura realidad de este céntrico barrio de Santander se remonta a 2007. Fue entonces cuando se produjo el derrumbe de un edificio en el número 14 de la calle Cuesta del Hospital. Un suceso que terminó con la vida de tres personas y tras el que se formó la Comisión Mixta -formada por el Ayuntamiento de Santander, el Gobierno de Cantabria y el Ejecutivo central-, a la que ahora hace referencia la alcaldesa. Dice que el equipo de gobierno del PP continúa con la línea estratégica acordada en esa comisión, que nació con la idea de planificar la recuperación del barrio.
Las claves
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La actuación Los trabajos durarán tres meses: la idea es que hoy empiecen los derribos, que serán manuales
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Preocupación Los vecinos de uno de los edificios colindantes temen que sus casas se vean afectadas
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Línea estratégica La Comisión Mixta se formó en 2007 y los vecinos dicen que ya no forman parte de ella
A pesar del inicio de los trabajos de derribo de dos edificios, los vecinos reconocen «que aún queda todo por hacer»: hay 31 inmuebles en pie, muchos de los cuales están en semirruina, y 27 parcelas sin uso. Y es que cada vez que parecía que un proyecto para regenerar esta zona prosperaba, siempre ocurría algo que lo paralizaba. Desde la explosión de la burbuja inmobiliaria, que se llevó por delante algunos de esos planes, a la anulación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Santander de 2012, que paralizó el Plan Especial de Protección y Reforma Integral (Pepri). El planteamiento que tiene ahora el equipo de gobierno del PP es adquirir edificios en la zona y decidir si rehabilitarlos o tirarlos.
Un plan ante el que los vecinos son escépticos. «No sé cómo acabara esto, son tantos años ya... Nosotros, los vecinos, ya no formamos parte de esa comisión, porque ya no hay asociación, por lo que no estamos al tanto», expone Solórzano.
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