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Imagen del Niño Pez, deteriorada, antes de ser retirada. Antonio 'Sane'
La estatua del Niño Pez será restaurada y reubicada en la playa de El Camello

La estatua del Niño Pez será restaurada y reubicada en la playa de El Camello

Los trabajos ascenderán a 15.000 euros, a cargo de los presupuestos participativos de 2017 del Ayuntamiento, y José Cobo Calderón será el escultor elegido

MARÍA DE LAS CUEVAS

SANTANDER.

Martes, 26 de diciembre 2017, 07:22

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La restauración de la estatua del joven Neptuno, conocida como el Niño Pez, obra del escultor cántabro de renombre internacional Ramón Muriedas Mazorra (Villacarriedo, 1938- 2014), permitirá que en 2018 vuelva al lugar que ocupó durante más de tres décadas, en lo alto del promontorio situado en la ensenada de la playa de El Camello, en El Sardinero. La obra estuvo allí de 1979 a 2012, año en el que fue retirada ante el deteriorado aspecto que presentaba a causa de actos vandálicos, del paso del tiempo y del salitre, que hicieron mella en el bronce.

Tras cinco años de la pieza en el exilio de un almacén municipal, sin ser restaurada y caída en el olvido, el hijo del artista cántabro, Ramón Muriedas Senarega, inició el año pasado una campaña para promover la restauración de la estatua. «Muchos santanderinos y veraneantes recuerdan con nostalgia la obra, me lo dicen con frecuencia», comenta Ramón, quien finalmente presentó el proyecto de restauración a los presupuestos participativos de este año y ha resultado ser una de las ideas ciudadanas más votadas y que se ejecutará a lo largo de 2018. El Ayuntamiento destinará 15.000 euros para esta restauración.

El escultor que se encargaría de los trabajos será José Cobo Calderón, autor de la emblemática obra 'Los raqueros', quien trató a Muriedas en vida y que es un gran conocedor y admirador de su obra.

Los presupuestos participativos surgieron en 2016 para iniciativas ciudadanas. Este año se presentaron un total de 400 propuestas y de ellas, una vez que ha sido valorada su viabilidad por los técnicos municipales, se llevarán a cabo 71.

Ramón Muriedas hijo supervisará el proyecto en sus diferentes fases y estima que se prolongarán durante tres o cuatro meses, si bien este tiempo podría extenderse porque van a necesitar colaboración ciudadana.

«No guardamos imágenes al detalle de esta obra original, con sus brazos y el tridente, anteriores a su mutilación. Antes de usar la imaginación, interpretar o presuponer, sería de gran ayuda si algún ciudadano que guarde fotografías de la escultura completa nos las facilitase», señala el hijo del artista; «sólo tenemos fotos de larga distancia. Con esta idea, surgió nuestra petición de ayuda», explica Muriedas Senarega.

Las dudas que surgen y se quieren aclaran son fundamentalmente los dedos de las manos, el detalle del moldeado de las uñas y cómo se sujeta el tridente o si estaba posado sobre el brazo. «Es la historia del arte; el noventa por ciento de las obras de exterior han desaparecido y han sido repuestas, pero no son las originales. En este caso podemos llegar a algo muy parecido si nos apoyamos en fotografías», explicó el escultor José Cobo Calderón.

«Al no disponer de las manos de la escultura, me fijaré en cómo esculpió el autor los pies, pero el detalle de las uñas tendrá que ser interpretado», añadió Cobo. «Del tridente hay dos fotos, uno de menor tamaño, que es la que utilizaremos». «Me enorgullecería mucho llevar adelante este proyecto, ya que traté al autor en vida. Supone un enorme reto moldear una escultura como lo hubiera hecho Muriedas, es decir, acabar su trabajo», añadió Cobo. «El encargo supondría una gran complejidad técnica por los volúmenes y las proporciones muy correctas típicas en Muriedas y sus texturas, haciendo escamas», puntualizó.

Se buscan fotografías

El Diario Montañés servirá de enlace para colaborar con este proyecto, recibirá y entregará al escultor las fotografías originales que ayuden a finalizar el trabajo. Con ello se pretende «garantizar que la obra sea lo más fiel posible a la idea original».

El tiempo para ejecutar esos trabajos se estima que sea de tres meses y se divide en tres fases: la restauración en el taller de Cobo durante un mes; la fundición de la obra, que se hará en la misma fundición que la estatua original; y la colocación y anclaje de la escultura en el peñón de El Camello, momento que su hijo propone que sea aprovechado para hacer un homenaje a su padre.

Al cumplirse tres años de la muerte del autor, el hijo de Ramón Muriedas considera que la relevancia del trabajo de su padre no ha sido reconocida públicamente. «La ciudad le debe algo a mi padre, que tanto amaba y defendía; su inspiración como artista, en sus costas y sus gentes, le vino de Santander. Es de justicia que vuelva a su ubicación original, es lo que a él le gustaría y a mucha gente anónima que me lo transmite», aseguró su hijo. «Creo que el tiempo situará a mi padre en el sitio que merece, a nivel mundial. Fue un autor perfeccionista, que no usaba hierros dentro del barro, un fuera de serie», destacó.

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