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Miles de asistentes llenaron la Plaza Porticada para disfrutar de la música en la tercera jornada de las fiestas.

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Miles de asistentes llenaron la Plaza Porticada para disfrutar de la música en la tercera jornada de las fiestas. Antonio 'Sane'

Decibelios de entusiasmo

El rock de Taburete, Café Quijano y el flamenco de Carmen Amaya fueron los grandes atractivos de la tercera jornada de las fiestas de Santander

JAVIER GANGOITI

Santander

Martes, 24 de julio 2018, 07:11

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No cabía un alfiler. Ni en la campa de la Magdalena ni en la Plaza Porticada. A la ciudad le esperaba un domingo de vértigo, y así se demostró una vez comenzaron los conciertos de la tercera jornada de la Semana Grande. No es para menos. El programa prometía una oferta pensada para todos los oídos, y no defraudó. El único problema fue no poder estar en dos lugares a la vez. Había que elegir.

Eso es lo que debieron pensar muchos amantes de la música cuando escucharon los primeros acordes de Taburete a lo lejos. La banda madrileña de pop-rock ofreció un concierto lleno de éxitos en la campa de la Magdalena. Apenas llevan cuatro años en los escenarios, pero las letras de sus canciones ya están más que asentadas en la memoria del público. Ni siquiera las melodías de su nuevo disco, 'Madame Ayahuasca', quedaron huérfanas de cánticos y coros por parte de los asistentes. La asistencia al concierto del grupo de la capital culminó una noche en la que no faltaron todo tipo de actos y espectáculos diferentes.

En la Porticada, a más de tres kilómetros de ahí, aquellos que optaron por Café Quijano tampoco se fueron defraudados. La banda leonesa, que suma más de veinte años abarrotando las plazas de España y América Latina, hizo sonar su rock tan característico. El grupo compuesto por los tres hermanos Quijano (Manuel, Óscar y Raúl) hizo bailar a los presentes con sus influencias del otro lado del Atlántico. Presentaron su último trabajo, 'Orígenes: el bolero', pero también tuvieron tiempo de regalar a sus incondicionales sus temas más reconocibles. Ya son muchas después de dos décadas triunfando.

Quejas por el mal estado de la campa, embarrada por la lluvia del fin de semana

Otra de las actuaciones más especiales corrió a cargo del tributo '100 años de Carmen Amaya', un espectáculo en homenaje a la bailaora barcelonesa. La actuación, que emocionó a muchos de los asistentes que se acercaron a la Plaza Porticada en las primeras horas de la noche, repasó la carrera de una de las folclóricas más universales.

El entusiasmo y las ganas de escuchar buenas dosis de música no quedaron exentas de la aportación cántabra. El trío Repion, una de las bandas más prometedoras de la región, se encargó de ello en La Magdalena y volvió a recordar sus melodías más sonadas. Toda esta cantidad de decibelios llegó después de una propuesta pensada para los más pequeños. 'Pequegrande', que hizo cantar y bailar a niños y niñas en la Plaza Atarazanas, fue el anuncio de una noche llena de rock, flamenco y altas dosis de entretenimiento.

Una diversión que no se vio frustrada a pesar del mal estado de la campa de La Magdalena, embarrada por la lluvia durante todo el fin de semana. El terreno donde se desarrollan los conciertos de la Semana Grande recibió numerosas críticas por parte del público. Así lo denunció ayer la concejala del Ayuntamiento, Cora Vielba, que reclamó el acondicionamiento de la campa después del descontento que mostraron los presentes. «Los vecinos deberían disfrutar durante todo el año de este espacio, aunque quedará en un estado aún peor después de los conciertos», protestó.

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