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Los fuegos iluminan los Baños de Ola
Miles de personas saludan al verano en El Sardinero donde se han detonado hasta doscientos kilos de explosivos durante un cuarto de hora
Doscientos kilogramos de explosivos y cerca de un cuarto de hora de espectáculo pirotécnico. Así se ilumina el cielo en una noche de verano, como ... han corroborado este sábado por la noche miles de personas frente a la Segunda Playa de El Sardinero. El colofón de la jornada -con permiso del último concierto en los jardines de San Roque-desplazó a un buen número de personas hasta aquí. Ver los fuegos en primera línea nunca es fácil y para muchos puede considerarse casi un deporte de competición, tan indisociable del verano como las palas. El espectáculo, a cargo de la empresa Pirotecnia Vulcano, duró eso, catorce minutos, dejando estruendos, caras iluminadas y también algún susto. Los mejores, como siempre, los niños. Ojipláticos, cogidos de la mano de su madre o a hombros de su padre, volvieron a alternar el respeto de cada estallido con el deseo exacerbado de ver la siguiente explosión en el cielo.
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Horas antes, las miradas apuntaban no hacia el cielo sino a los vestidos de época, los trajes, los sombreros y los bolsos de quienes recrean el veraneo histórico de Santander en esta Fiesta de Interés Regional. Estuvieron en la Plaza de Italia, primero, y en los Jardines de San Roque, después. Ya saben que este año, con Piquío patas arriba con las obras de renovación, el paseo se ha visto alterado sin más remedio.
Tampoco supuso un drama, por alto que estuviera el listón y el rigor histórico de las historias de verano que inspiran esta fiesta. Fíjense que después de darle la mano al rey Felipe VI el viernes por la tarde, el pasacalles y la jornada de este sábado en general parecía que solo podía ir a peor para María Antonia Canales, pero no. Todo lo contrario.
Ella y todo su grupo de amigos procedentes de Solares –se conocen sobre todo de la Escuela de Teatro y de la Asociación Amasol– se lo estaban pasando como niños mucho antes del pasacalles tradicional desde la Plaza de Italia: «Anoche no nos lavamos la mano ni mi hijo ni yo», decía, derrochando simpatía, igual que Isabel, Rosa, Consuelo, Luci, Marina, César o Yoli, por nombrar a algunos de los integrantes de la cuadrilla. Este sábado, después de varias semanas rematando el 'look' y como salidos de la mismísima finca y el museo de esta localidad, cogieron el tren y se acercaron hasta la capital cántabra.
«En el tren dando el cante», que diría José Antonio Abascal, haciendo las veces de «Don Ramón Pelayo de la Torriente, Marqués de Valdecilla», como se presentó quitándose el sombrero. Como un pincel. Él y todos. «Los que daban el cante eran el resto», le corregía rápidamente una voz del grupo, metiéndose un poco más en el papel y fingiendo cierta petulancia. Después de una mañana dándole vueltas al parasol, hay riesgo serio de que el exceso de la alta sociedad de finales del XIX y principios del XX se le suba a uno a la cabeza.
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No fue el caso ni de estos ni de todos los vecinos que se animaron a participar un año más en los Baños de Ola. Los sombreros de mimbre, los preciosos vestidos, los bordados y los colores blanco, beis y algún azul cian inundaron otra vez el tradicional paseo desde la plaza. Lo de que esta vez no sea hasta los Jardines de Piquío estuvo presente en más de una conversación, claro. ¿Un problema? Según. «Bueno, es una pena, pero lo estamos pasando estupendamente», «históricamente hablando, lo fiel es hacerlo en Piquío», alternaban unos y otros, ya tomando un refrigerio al final del recorrido, cerca de las siete. Por el camino, de gala o no, decenas de vecinos ya echaban el rato tomando algo en las casetas de comida, disfrutando de los espectáculos itinerantes o conociendo los juegos tradicionales de hace cien años. Hasta masajes en plena calle había en las inmediaciones de San Roque.
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Más actividades este domingo
Este domingo también podrán darse ese lujo y disfrutar de otras citas, si se acercan hasta aquí mismo. En los jardines de San Roque, por ejemplo, podrán asistir al Gran desfile final con trajes de época, a las 18.00 horas. Antes y después, aquí mismo podrán disfrutar también de diferentes talleres, conciertos y actividades, desde la Zona Gastro con 'foodtrucks' hasta los pintacaras.
En la Primera Playa de El Sardinero también habrá actividades, claro. Los Baños de Ola vivirán su tradicional clausura con el chapuzón de los bañistas de época, a las 17.00 horas, una estampa clásica de esta Fiesta de Interés Regional a la que seguirá también un taller infantil sobre educación ambiental, hasta las siete y media de la tarde. El broche, en San Roque: un «fiestón» con aires de los 80 'Escuela de Calor', desde las 21.30 horas.
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