José Simón Cabarga, el cronista que dedicó su vida a Santander, se suma a la Ruta de los Ilustres
Este martes se ha desubierto la placa en el número 6 de la calle Calvo Sotelo
«Enamorado de Santander», José Simón Cabarga (1902-1980) trazó una trayectoria activa y prolífica a través de su labor de cronista, periodista y escritor. ... Pero su querencia por la ciudad se reflejó en una tarea primordial: «Conocer Santander y, sobre todo, darla a conocer». Si la lápida de su tumba en Ciriego está presidida por una única y elocuente referencia, Hijo Predilecto de Santander, desde este martes su huella es más estrecha al pasar a formar parte de la Ruta de los Ilustres. Frente al Ayuntamiento, en el número 6 de la calle Calvo Sotelo, su último domicilio santanderino antes de morir en Madrid, tuvo lugar el acto de evocación, reivindicación y homenaje a su figura y legado. La alcaldesa de Santander, Gema Igual, presidió el acto de descubrimiento de la placa que engrosa la ruta 'Ilustres Santander'. Igual estuvo acompañada por familiares del homenajeado y representantes del Centro de Estudios Montañeses, entre ellos su presidente, Antonio de los Bueis.
Igual destacó la importancia de la trayectoria y el legado de Simón Cabarga, y su figura «como gran cronista de Santander», lo que llevó al Ayuntamiento a nombrarle Cronista Honorario y también Hijo Predilecto en 1966. «Un hombre honesto, humilde, que nunca se daba importancia pero que tuvo mucha para esta ciudad».
Aludió, asimismo, a su faceta de dinamizador cultural, y, en este ámbito, recordó que dirigió el Museo Municipal de Bellas Artes de Santander desde 1947 y lo reorganizó con criterios modernos, recuperando obra de artistas cántabros y dando contexto a su producción. Una labor compatible con una intensa presencia en la vida intelectual de la ciudad, con conferencias, artículos y participación en entidades culturales, como el Ateneo y el propio CEM.
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Ruta por los ilustres de Santander
La placa descubierta es la número 39 de la Ruta de Ilustres Santander, una iniciativa que nació en 2021 con el objetivo de mostrar los lugares importantes en la vida de personas significativas en la historia de la ciudad, fomentando su reconocimiento y visibilidad. Esta ruta contribuye a distribuir el flujo de visitantes por toda la geografía urbana, y seguirá sumando distinciones a nuevas personalidades vinculadas a la ciudad al tiempo que pone en valor distintos edificios, espacios y calles. La regidora incidió en el propósito de la Ruta de Ilustres para relacionar espacios cotidianos con nombres que forman parte de la identidad de Santander, al tiempo que constituyen una forma de turismo cultural de proximidad, porque permiten recorrer el centro de Santander con otra mirada, reconociendo que el patrimonio no es solo monumental, sino también biográfico.
José Simón Cabarga fue «un santanderino que hizo todo bien». Debido a su humildad, generosidad y bondad la gente de Santander le quiso mucho, a todos los niveles sociales, culturales y políticos», señaló Igual.
Su hijo, José Antonio, sostuvo que su padre fue un enamorado de Santander, quiso a la ciudad «extraordinariamente», y «dedicó gran parte de su vida a conocerla y a darla a conocer». Además, recordó un escrito del historiador José Luis Casado Soto en el que se subrayaba cómo Simón Cabarga «sí fue profeta en su tierra».
Por su parte, el presidente del Centro de Estudios Montañeses, Antonio de los Bueis, sostuvo que haber tenido a Simón Cabarga como uno de los miembros más activos de la asociación que preside es «un honor». Y «tener en el centro su archivo y biblioteca es un regalo», añadió.
La trayectoria de Simón Cabarga como periodista se inicia con la tercera década del siglo XX, especializándose en temas agropecuarios de Cantabria y del mundo artístico y cultural santanderino, siendo también muy conocido por su habilidad como caricaturista en una época en que esta habilidad manifestaba todavía ventajas en ocasiones sobre el retrato fotográfico en periodismo. Firmó algunas colaboraciones con el pseudónimo 'Apeles' y, en época tardía, como 'Pedro de Becedo' o 'Jesús Ponte'. Su labor profesional periodística fue larga y variada, desde El Cantábrico a El Diario Montañés, o La Hoja del Lunes, de la que fue además primer director. En paralelo a su profesión periodística, desde el año 1947 pasó a dirigir el antiguo museo municipal de Santander hasta su debatida dimisión del año 1978, aportándole la coherencia necesaria para generar el Museo Municipal de Bellas Artes que ha sobrevivido hasta la actualidad. Su biblioteca y archivo están catalogados y se conservan en el Centro de Estudios Montañeses por donación de sus herederos.
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