La reparación de la Duna de Zaera no estará lista hasta el verano que viene
Ayuntamiento, Puerto, Gobierno y CEAR de Vela tendrán que determinar cómo se financia la obra, cuyo presupuesto se estima que superará el medio millón de euros
Fue a finales de febrero cuando los paseantes habituales del entorno de Gamazo se encontraron con la Duna de Zaera clausurada. Varias vallas –que aún ... siguen colocadas– restringían el acceso a la que fue la infraestructura estrella del Mundial de Vela de 2014. A pesar de que inicialmente desde el Ayuntamiento de Santander explicaron que se estaban llevando a cabo labores de mantenimiento y se cerraba por precaución, unas semanas después, la alcaldesa, Gema Igual, confirmó que este espacio se sometería a una rehabilitación integral tras el informe realizado por los técnicos municipales. El documento detallaba que ya no valía seguir «parcheando» la infraestructura «como hasta ahora». Tres meses después de aquello, ya en verano, sigue cerrado. Y así seguirá. Y eso que solo han pasado diez años desde su inauguración.
Según informan fuentes municipales, el Consistorio encargó al arquitecto Nacho Villamor la elaboración de un proyecto técnico para la rehabilitación de la Duna. Una vez que se entregue este proyecto –la idea es que sea en julio– el Ayuntamiento, el Gobierno de Cantabria, la Autoridad Portuaria y el Centro Especializado de Alto Rendimiento de Vela Príncipe Felipe (CEAR) se reunirán para evaluar el alcance de las obras, su presupuesto y proceso de ejecución. Aunque Igual ya adelantó que la inversión superará el medio millón de euros y que estará listo para el próximo verano –costará el doble de la cantidad por la que se adjudicó la obra hace diez años–. «Dado el estado de deterioro que presenta la instalación, el recinto permanece cerrado de manera preventiva como medida de seguridad, por lo que no es previsible que pueda estar abierto este verano», añaden las mismas fuentes.
Las claves
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Aumento de la inversión La rehabilitación costará el doble del presupuesto por el que se ejecutó la Duna hace diez años
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En 2014 La infraestructura se adjudicó por 2,5 millones, un 42% menos de lo previsto inicialmente
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Primer paso El Ayuntamiento encargó al arquitecto Nacho Villamor el proyecto técnico de rehabilitación
La situación llegó a su punto limite cuando caminar por las maderas del graderío escalonado suponía un «peligro». Y es que ese era el comentario de los propios vecinos. Algunas tablas de madera sintética –el material que se utilizó– estaban rotas. Pero el riesgo de otras era que, al pisarlas, se hundían. El «mal aspecto» que presenta esta zona, una de las más turísticas de la ciudad, no es nuevo.
De hecho, hace ya siete años, los vecinos criticaron públicamente esta situación a través de las páginas de El Diario Montañés. Según se explicó entonces, la responsabilidad de arreglar los desperfectos corresponde al Ayuntamiento, que detalló que desde la inauguración de la Duna en 2014 se habían acometido diversas reparaciones en las tablas de madera sintética.
Adjudicación a la baja
La polémica por la clausura de este espacio llegó a los pocos días de su cierre ya que la propia alcaldesa reconoció que la 'madera tecnológica' utilizada para la Duna había resultado «de mala calidad». Cabe recordar que este espacio salió a licitación por 4,3 millones de euros. Después, se adjudicó a la empresa Ascán por 2,5 millones, un 42% menos de lo presupuestado. Fue así ya que la Mesa de Contratación de 'Santander 2014' entendió que la oferta de la empresa del grupo Sadisa era la «más ventajosa» de las doce presentadas, «de acuerdo con los criterios establecidos en el pliego de condiciones».
Fue esa diferencia entre el dinero presupuestado y el adjudicado la que provocó la modificación del convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Santander, el Gobierno de Cantabria, el Consejo Superior de Deportes –finalmente no aportó dinero para la infraestructura– y la Federación Española de Vela (RFEV). Según explicó el entonces presidente de la Federación, José Ángel Rodríguez Santos, lo que sobró de los 4,4 millones de euros que aportaron a partes iguales el Ejecutivo cántabro y el Consistorio, se desvió a la organización del Mundial. «Al adjudicarse las obras por menos dinero, se decidió cambiar el convenio y destinar el dinero sobrante a la organización del evento deportivo», detalló.
El arquitecto que diseñó la Duna, Alejandro Zaera, concedió una entrevista a El Diario Montañés el pasado marzo tras el lío formado a cuenta del graderío y reconoció, como ya hizo hace diez años, que «la tarima que se puso para construir la Duna de Zaera era muy barata». Y fue más allá. Lamentó no haber llevado la dirección de la obra de la infraestructura del Mundial de Vela y que se pusiera un grosor «muy bajo» de madera.
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