Los trabajos de Faro Santander, centrados en el arco, afrontan el último trimestre del proyecto
La emblemática arcada, convertida en el nuevo proyecto en un cruce de pasos entre los espacios destinados al arte y la tecnología, será acristalada en las próximas semanas
Las obras del proyecto Faro Santander, destinado al arte y la tecnología, con un enfoque educativo, medioambiental y social y una función museística y ... expositiva dominante, afrontan su último trimestre. La conversión del histórico edificio del Paseo de Pereda entra en su fase final. Los trabajos, como ya se anticipó, concluirán a mediados de enero, con lo que habrán transcurrido cuatro años y medio desde que se iniciaran las obras. No obstante, el objetivo del Santander es que la nueva infraestructura cultural esté lista para abrir al público al inicio del verano de 2026, según las estimaciones de la entidad. En este sentido, será entonces cuando la rehabilitación integral abordada por David Chipperfield (Londres, 1953) en Santander, se sumará a la huella del arquitecto en otras ciudades españolas: Valencia, Barcelona y Madrid.
La intervención en el inmueble del Paseo de Pereda ha estado marcada por la aplicación de una tecnología puntera y un proceso inicial mediatizado por la complejidad de la construcción en su ubicación en el centro de la ciudad. Ahora los trabajos están centrados en todo lo relativo a detalles finales de instalaciones y acabados de cara a la puesta a punto final antes de la entrega de la obra en enero.
Este proceso actual con intervenciones de forma paralela en todas las estancias tiene como objetivo afinar la funcionalidad de los espacios destinados a la propuesta cultural de carácter museístico, vertebrada por los fondos de las colecciones de la entidad, y la programación de una oferta expositiva, cultural, tecnológica y de ocio que se extenderá a lo largo de cinco plantas, más una sexta a modo de terraza mirador abierta al ciudadano.
En las últimas semanas se ha puesto en marcha la intervención en el espacio generado en el emblemático arco de la antigua sede del Banco. La superficie que ejerce de puente y paso entre los dos edificaciones fundidas en los años cincuenta es ahora un entramado visible de escaleras y pasos públicos que, al tiempo, posee una función de mirador hacia el interior de la ciudad y frente a la bahía. Estos días se han abordado diversos trabajos en la estructura de la arcada. Y de acuerdo con lo planificado, desde la próxima semana se procederá a acristalar el arco monumental. Su origen está fechado en 1958 cuando la entidad adquirió los números 9 y 10 del Paseo de Pereda y se construyó un edificio gemelo. Para unir ambas partes se diseñó el arco. Se establecía así, a través de esa estructura la comunicación entre los dos edificios con un paso en el nivel superior.
En enero, tras cuatro años y medio, está prevista la conclusión de las obras. En esta última fase las labores giran en torno a acabados e instalaciones
Cuando el proyecto del Pereda, hoy Faro Santander, comenzó el avance de su estructura, superados los problemas surgidos durante el periodo de cimentación con la correspondiente demora, surgieron ya diversas especulaciones sobre la configuración del entorno que tendrá la infraestructura. Las posibles zonas de peatonalización y el impacto que puede generar el proyecto están en el debate abierto hasta la apertura del nuevo espacio cultural.
Ante la cuenta atrás hacia 2026, cabe recordar que aunque la primera piedra se colocó en 2021, un año antes durante cuatro meses, en la fase inicial del proyecto, se vació por completo el interior del edificio. Pinturas, esculturas, elementos decorativos y mobiliario de gran relevancia histórica y artística fueron retirados para protegerlos del proceso de la obra. Solo algunos de ellos volverán al inmueble completamente renovado.
Al reto de toda rehabilitación, se sucedieron en estos años las dificultades debidas a la ubicación del solar que condicionaron las labores cotidianas ligadas a una obra de esta envergadura. A ello se sumaron la necesidad de mantener exentas las fachadas con sus característicos arcos; y la adaptación y dotación de todo tipo de elementos ajustados a las nuevas tecnologías que garantizaran la modernidad de las instalaciones; más su correspondencia ad hoc al uso expositivo principal que tendrá el inmueble.
Una intervención estética y una solución para ganar espacios
El proyecto arquitectónico de intervención integral en el histórico edificio del Paseo de Pereda, elaborado por David Chipperfield, tuvo desde su anuncio en 2019 un foco llamativo: el arco emblemático de la antigua sede del Banco Santander. Chipperfield, uno de los principales referentes de la arquitectura contemporánea, galardonado con el premio Pritzker en 2023, ha desarrollado proyectos en todo el mundo cuya seña de identidad es la capacidad de dar nueva vida a los edificios respetando su esencia y su historia. Su planteamiento para lo que hoy se conoce como Faro Santander planteó convertir el icónico arco del Santander en «la puerta entre la ciudad y la bahía» y hacer visibles las nuevas circulaciones de un centro que contará de manera dominante con grandes galerías expositivas pero también espacios polivalentes. La decisión fue adoptada tanto como un elemento estético dentro del complejo diseñado para los nuevos destinos del inmueble, como uelección funcional. Hace ahora exactamente cinco años surgieron las reivindicaciones de algunos colectivos ciudadanos bajo el lema 'Museo Sí, calle También'. Su premisa: llamar la atención sobre el hecho de que el proyecto suponía salirse de los límites del edificio y cerraba visualmente la calle. Una década antes también se suscitó otro debate sobre el Centro Botín que centraba su crítica en su ubicación y no en el proyecto en sí.
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