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Los vecinos no volverán a Pizarro hasta que su arquitecto lo autorice
Avanza la reparación de los pisos dañados en junio de 2017 por la excavación en el solar contiguo para hacer cuatro plantas de garajes
«Hasta que el último detalle de nuestras casas no esté reparado, hasta que las viviendas no estén como estaban, en perfecto estado, y hasta que nuestro arquitecto no esté de acuerdo, no regresamos a los pisos». Lo dice Jesús, uno de los residentes de la calle de Pizarro número 6 que en junio del año 2017 tuvo que dejar «de forma obligatoria y apresurada» sus viviendas «por los daños que nos causó la construcción de un gran un bloque de viviendas y cuatro sótanos en la calle de Santa Lucía».
Mientras los vecinos esperan poder regresar a casa, los obreros de la empresa Tecniobras, que realiza el bloque y los sótanos, se afanan en las reparaciones pendientes, en especial en el piso entresuelo, «donde aún queda mucho por hacer».
Cuando acaben las reparaciones, «los pisos estarán mucho mejor que estaban», dicen desde la constructora. Discrepan los vecinos: «La mayoría de los pisos estaban en perfecto estado, con actualizaciones que se han realizado a lo largo de los años. Deben dejarnos los pisos como estaban», tercia otro vecino.
Las obras han consistido fundamentalmente en la consolidación de los cimientos del edificio, «pues carecía de ellos, como demostraron los peritos. Así que hemos inyectado hormigón y ha quedado consolidado para otros cien años», dice uno de los técnicos de la constructora.Además, se han 'cosido' las paredes y se ha instalado una estructura metálica que soporta el edificio. Para 'coser' las paredes del edificio se han realizado obras en los tabiques y los cielos rasos.
Se han realizado nuevos techos, colocado nuevas escayolas, se han acuchillado suelos y pintado paredes, se han arreglado azulejos que se cayeron y mejorado el saneamiento «y hasta se han limpiado los pisos para que puedan ser ocupados cuando los dueños quieran». También se han acuchillado y barnizado las veteranas escaleras de madera del edificio y en uno de los pisos se ha colocado un suelo flotante nuevo en todas las habitaciones.
Daños en los pisos
Pero, en el transcurso de las obras, se han producido otros daños menores que los vecinos quieren que se reparen: una tapa de inodoro rota, los carriles de las cortinas que los obreros quitaron y no han repuesto, una ventana de pvc que ahora no cierra «estropeada por los obreros», un bidé que ha debido comprar uno de los propietarios para sustituir el usado que ahora no encaja... Una larga lista de pequeñas reparaciones que los vecinos exigen se realicen.
Como dice una residente del tercer piso «mi casa estaba perfecta, ahora hay algún azulejo con rajas y, lo que es peor, han aparecido nuevas fisuras en dos habitaciones. Y el edificio cruje. Tengo miedo». Desde la empresa Tecniobras se asegura que el edificio está, tras las reparaciones, mucho más seguro que antes, porque se ha consolidado. «Hemos realizado por encima de diez lo que estábamos obligados.Es inaudito que este edificio haya pasado la inspección municipal sin que le hayan obligado a realizar reparaciones de consolidación. Hemos tomado medidas extraordinarias para consolidar y reparar el edificio y hasta hemos alojado en el Hotel Bahía a alguno de los propietarios. Hemos cumplido con creces. Y hemos gastado 80.000 euros en realojos».
Los daños en las viviendas fueron no solo las fisuras aparecidas, sino que para poder coser las paredes y consolidar el edificio, hubo que destripar paredes y techos y reforzar la madera podrida con estructura metálica.
Los últimos trabajos de reparación del edificio dañado van paralelos a la obra de excavación del solar donde se construirá el nuevo inmueble y los cuatro sótanos. En los próximos días se echará la losa de hormigón sobre la que se colocará la gran grúa para seguir con la construcción, que lleva meses de retraso. Si todo va bien, desde Tecniobras se estima que en diciembre de 2019 estará todo acabado. «Los vecinos estaremos entonces más tranquilos con la obra acabada y un nuevo edificio junto al nuestro», dicen los residentes.
Algunos de los pisos lucen flamantes después de la limpieza realizada por personal contratado por Tecniobras y de que se hayan recolocado muebles y enseres. En la planta baja sigue la obra de los dos locales comerciales: un negocio de máquinas de venta de bebidas y otros artículos y un bar, que ha conocido varios propietarios y ya estaba cerrado cuando el edificio crujió. Los vecinos han detectado nuevos daños. La sobrefachada de azulejos del bar está a punto de venirse abajo. «Es por lo mucho que ha sufrido el edificio», dicen.
La abogada de los residentes,Carmen Mendieta, asegura que han sido «pacientes con Tecniobras». «Hay personas mayores que lo están pasando muy mal, que fueron desalojados de sus casas, que están viviendo con familiares y que quieren volver a sus pisos. Pero tiene que estar todo en perfecto estado».
Como dice uno de los propietarios, «los pisos que estaban en mal estado seguirán estando mal». «Pero los que estaban perfectos, deben quedar tal cual». Desde las ventanas de una cocina del tercer piso se observa el gran hueco que se abre en el solar contiguo con excavadoras retirando piedras y tierras para llegar a la cota cero e instalar la grúa. La propietaria dice entre sollozos que «aquí vivíamos muy bien, muy bien, hasta que comenzó la dichosa obra». Tecniobras asegura que dejará todo «mejor que lo encontró».
Las quejas de los vecinos no se paran en la lucha contra la constructora que dañó sus pisos.Van tambien hacia el Ayuntamiento «que en todos estos meses no nos ha hecho ni caso, ni se ha preocupado por nosotros», dice uno de los propietarios. Si bien destaca que en los primeros días habló varias veces por teléfono con la alcaldesa, «se interesó por nosotros y nos apoyó, nunca más en todos estos meses hemos vuelto a saber nada de nada de nadie del Ayuntamiento,de nadie», dice con una mezcla de tristeza e indignación contenida.