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Una inusual gran bola de fuego 'visita' la Península

La roca, procedente de un asteroide, entró en la atmósfera a 61.000 kilómetros por hora y regresó después al espacio

J.M.L.

Toledo

Sábado, 17 de abril 2021, 12:35

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Una espectacular bola de fuego sobrevoló la Península Ibérica en la noche del pasado viernes y pudo ser vista por multitud de personas ya que el fenómeno se produjo a las 22:10 horas y destacó por su gran duración: cerca de un minuto cuando lo habitual es que dure unos pocos segundos.

La roca procedente de un asteroide que originó esta bola de fuego entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de unos 61.000 kilómetros por hora, lo que provocó que se volviese incandescente. La bola se inició a una altitud de unos 85 kilómetros sobre la provincia de Lugo. Después avanzó en dirección sureste, cruzando el país en una trayectoria ligeramente descendente y prácticamente paralela al suelo. Continuó perdiendo altitud lentamente hasta llegar al suroeste de la Comunidad de Madrid, momento en el que empezó a ganar altura progresivamente mientras seguía avanzando hacia el suroeste de la Península Ibérica.

Finalmente la bola de fuego dejó de ser vista cuando se encontraba a una altitud de unos 87 kilómetros sobre el mar Mediterráneo, frente a la costa de Almería. En ese punto, la roca abandonó la atmósfera terrestre siguiendo una órbita ligeramente diferente a la que inicialmente seguía cuando se cruzó con la Tierra.

El episodio fue grabado por el Complejo Astronómico de La Hita, situado en La Puebla de Almoradiel (Toledo), que cuenta con un detector de la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN) que trabaja en el Proyecto SMART que tiene como objetivo monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar.

Según el astrofísico José María Madiedo, investigador responsable del Proyecto SMART, el fenómeno registrado en la noche del viernes se conoce como «bólido rozador»: bola de fuego que se genera cuando una roca entra en la atmósfera de forma casi tangencial, siguiendo una trayectoria prácticamente paralela al suelo. «En ocasiones las rocas que dan lugar a bólidos rozadores no se destruyen completamente en la atmósfera, sino que vuelven a salir de ella. De esta forma, continúan su camino en el espacio siguiendo una órbita ligeramente modificada respecto a la que llevaban antes de entrar en dicha atmósfera. Los cálculos realizados indican que esto ha sido, precisamente, lo que ha sucedido en este caso», explicó este sábado este científico.

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