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Emprender y reinventarse

Emprender y reinventarse

En su especialidad de reparación de automóviles están situados entre uno de los 50 mejores talleres de España

MARTA GUTIÉRREZ

Lunes, 6 de febrero 2017, 17:10

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Emprender actualmente es una aventura pero, ¿alguna vez resultó fácil? Eso de que "cualquier tiempo pasado fue mejor" tiene una doble lectura. Ahora el contexto socioeconómico es complejo pero antaño, y en su momento, tampoco parecería propicio, sólo que las historias de quienes tomaron ese camino no se conocen. De ahí la importancia de que el testimonio se comparta.

Luis Fernando Robledo, gerente de Talleres Robledo, cuenta la historia de su empresa, que al mismo tiempo es la de su familia, a los estudiantes de colegio Nuestra Señora de La Paz, participantes en STARTinnova a los que mentoriza en esta cuarta edición del programa. El Grupo Robledo nació de la mano de su fundador Luis Robledo García en el año 1964. Sus primeros pasos los dieron en un pequeño taller en Sierrapando, al norte de Torrelavega. Desde entonces y hasta 1990 esas instalaciones han ido creciendo paulatinamente en metros cuadrados y en activos humanos. Precisamente es en esa época cuando decide junto a sus hijos, Luis Fernando y César, dar un salto cualitativo en instalaciones, trasladándose al Polígono Industrial de Barros, en Los Corrales de Buelna, ante la falta de suelo industrial en Torrelavega. La apuesta, tremendamente importante en inversión económica, hace que a día de hoy se haya convertido en un sólido grupo empresarial con cuatro actividades sectoriales diferenciadas: automoción, lacado de ventanas de PVC y aluminio, alquiler de vehículos sin conductor, promoción inmobiliaria y gestión patrimonial.

Aunque sin duda, su activo más importante radica en la reparación de automóviles, situándose en esta actividad como uno de los talleres independientes más importante de ámbito nacional, acreditado entre uno de los 50 mejores talleres de España.

Reinventando el sector

En su día revolucionaron la dinámica de trabajo de los talleres incluyendo, dentro de su servicio de reparación, ofertar un coche de sustitución. En la actualidad también siguen marcando la diferencia. De entre su amplia gama de vehículos se encuentran los icónicos "minis" serigrafiados, con los que todos nos hemos cruzado alguna vez y, que todo el mundo quiere conducir. "Fuimos los primeros en ofrecer un vehículo de cortesía y hoy tenemos lista de espera para usar, sobre todo, nuestros "minis"", confiesa Luis Fernando Robledo.

Lo relatado hasta ahora es la "cara A de la cinta", pero también hay la "cara B", que el gerente también destaca. "Detrás de nuestra trayectoria profesional hay muchas horas de trabajo, que se juntan con las actuales, y mucho empeño así como mantener un "mano a mano" con los bancos para lograr la financiación que nos ha llevado hasta estar donde estamos". Robledo se sincera con los jóvenes emprendedores para dejarles claro que "nada se consigue sin esfuerzo, porque si os confundís y os caéis, no pasa nada, os volvéis a levantar, ya que hace más el que quiere que el que puede". Los estudiantes recorren las naves atendiendo a las explicaciones. Están en un taller con una actividad propia de un "hospital de vehículos" que se recuperan a base de la mecánica, la chapa y la pintura, o lo que es lo mismo a base de horas de trabajo de los expertos, la conocida "mano de obra" que es la que pagamos todos para reparar el diagnóstico de un vehículo que cuenta con 40.000 piezas. Robledo lo resume bien "somos vendedores de tiempo y recambios de automóvil porque todo se hace de forma manual, aquí se valora la especialización humana". La explicación se hace totalmente gráfica y comprensible al ver como echan mano a un coche que tras un impacto le han explosionado los cinco airbags, algo tan excepcional como llamativo, entre otros golpes y siniestros del taller.

El numeroso grupo de chicos y chicas también ha visto un coche de alta gama en el que hay que trabajar para luego pintarlo con el mismo acabado de entre una amplia gama de tonalidades. El color se logra exacto con el uso del espectrofotómetro, un aparato de medición que registra los parámetros exactos del pantone concreto de la pintura original del vehículo, que se obtiene con una mezcla determinada y graduada al máximo para hallar el tono exacto de entre miles de colores. Todo un ejemplo de innovación, porque no hay negocio inmune a los adelantos, como tampoco lo hay que sea indiferente a la política sostenible de gestión de residuos, máxime si son tóxicos como en un taller con los productos que se utilizan.

En Robledo se toman tan en serio está práctica, como la formación de los trabajadores. Su filosofía y profesionalidad hace que atiendan una media anual de 2.500 vehículos. Las cifras son muy reveladoras para los jóvenes que acaban de aprender una valiosa lección de emprendimiento. Tienen un modelo a seguir tan real como cercano.

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