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El baile urbano conquista Torrelavega
Más de 1.200 bailarines del norte del país se dieron cita ayer en el pabellón Vicente Trueba para competir dentro del circuito 'Urban Race'
Dedicación, ilusión y nervios son tres de las palabras que más repitieron ayer muchos de los participantes de la competición de danza urbana celebrada en ... el pabellón Vicente Trueba. La prueba forma parte de la liga nacional 'Urban Race', organizada por el bailarín y coreógrafo Nito Solsona, y que reunió ayer en Torrelavega a más de 1.200 bailarines procedentes de 40 academias repartidas por toda la zona norte del país. Los clubes compitieron en distintas categorías -individual, parejas o grupos- y los cinco mejores clasificados de cada una obtuvieron el pase a la final de la competición que se disputará el próximo 6 de julio en Madrid.
Con ganas de que llegase su turno para bailar se encontraba Luna Basanisi, bailarina del BST Danza -club de Torrelavega- para demostrar el trabajo realizado durante tantos meses en unos pocos minutos. «Es el primer año que venimos a esta competición, está guay porque al final hacemos nuevos amigos», destacó. En su caso empezó en esta academia con tres años y ha visto el crecimiento exponencial de gente interesada en esta modalidad de baile. «Hay mucho nivel, cada vez es más currado. En nuestro caso competimos en la categoría de 'megacrew' y somos bastantes en el escenario».
Los cinco mejores clasificados de cada categoría obtuvieron el pase a la final que se celebrará en Madrid
Desde el centro deportivo La Tribu, en Reocín, llegaba Borja San Emeterio, que junto a sus compañeros esperaba con «tensión» a subir al escenario. «No llevamos mucho tiempo en competiciones y participar en una tan grande como esta, pues sí que ahí se notan los nervios», aseguró. Pese a todo, el joven bailarín valoró que las ganas de disfrutar de la jornada, ayudan a «hacerlo lo mejor posible». San Emeterio explicó que llevaba ya ocho años en el mundo del baile, aunque solamente tres años en la modalidad urbana. «Siempre me ha gustado el mundo de la música y el baile y esto me lo tomo como una manera de poder disfrutar. Es un estilo muy divertido y muy guay de bailar», valoró.
El calor y la atmósfera de ruido generada por amigos y familiares, presentes en las gradas del polideportivo y que animaban con bastones aplaudidores y bocinas, facilitó que la experiencia se convirtiera en toda una fiesta. Así lo vivió Maialen Díaz, de la escuela Attitude, que no veía el momento de demostrar en el escenario todo el trabajo invertido en la actuación. «Llevamos desde octubre trabajando en la coreografía de hoy», aseguró la joven, que empezó con seis años bailando en esta modalidad. «Venimos desde Gorliz, tenemos mucha energía, pero a la vez nervios porque llegue nuestro turno», concluyó.
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