La caída de una barrera en un paso a nivel de Torrelavega obliga a cortar el tráfico en un sentido
La Policía Local ha controlado el flujo de peatones y vehículos en el cruce del Paseo del Niño desde aproximadamente las dos hasta las cuatro de la tarde, hasta que Adif ha recolocado el obstáculo
Fuentes de la Policía Local de Torrelavega dicen que la barrera cayó cuando un camión cruzó el paso a nivel demasiado tarde, es decir, cuando ... las barreras ya estaban cayendo y anunciando la llegada del tren. Es algo que ocurre con cierta frecuencia -los agentes que han acudido a la zona hablaban de tres o cuatro hechos similares solo este año-, pero se puede cobrar una desgracia si nadie se ocupa de controlar el tráfico. Y de eso se han encargado este martes dos efectivos del departamento municipal de Policía durante unas dos horas, afincados desde las dos de la tarde hasta casi las cuatro en el paso a nivel del Paseo del Niño. Avisados por un particular, los agentes se han encargado de cortar el tráfico rodado en la salida de la rotonda en dirección a este cruce y también de guiar a los pasajeros y conductores a ambos lados de las vías. Así ha sido hasta la llegada de los profesionales de Adif, encargados de colocar la barrera de vuelta en su sitio.
El cruce del Paseo del Niño es un foco de tráfico importante y el trajín de vehículos puede ser casi incesante en algunos momentos del día. Pasa a primera hora de la mañana, de la tarde y también a última. Este martes, la rotonda que enlaza la calle José Posada Herrera con el Paseo de Julio Hauzeur, punto clave para muchísimos vecinos que abandonan y acceden a Torrelavega, ha quedado mutilada durante casi dos horas precisamente por eso. Un vehículo con más prisa de la debida se ha llevado la barrera roja y blanca por delante. No ha habido que lamentar daños personales ni materiales. Tampoco en la propia barrera, diseñada y colocada en los pasos a nivel para, en lugar de quebrarse, caer casi al mínimo contacto.
Desde entonces, esta yacía a los pies de los testigos, primero, y de la policía y el resto de transeúntes y conductores después. «¿Qué ha pasado?», «Ah, la barrera, mírala», «¿puedo pasar?», alternaban los vecinos con el agente afincado en la zona. A cien metros, en la rotonda, otro uniformado cerraba el paso rodado con el coche patrulla.
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