Campamento urbano en Torrelavega
La iniciativa de la Fundación Amigó se divide por primera vez en dos turnos: uno para niños y otro para adolescentes
Torrelavega ha dado esta semana el pistoletazo de salida a la XXVI edición del Campamento Urbano del Servicio de Orientación y Ayuda al Menor (SOAM), ... un programa impulsado por la Fundación Amigó en colaboración con el Ayuntamiento, que cada verano convierte las calles, parques y rincones naturales de la ciudad en un gran escenario de convivencia, aprendizaje y juego. Este año, la gran novedad es la división del campamento en dos turnos diferenciados por edades: uno para los más pequeños, del 14 al 25 de julio, y otro para los adolescentes, del 29 de julio al 8 de agosto.
Durante el acto de bienvenida, el concejal de Bienestar Social, Alberto Rubio, dirigió unas palabras sencillas pero claras a los participantes: «A los que llevan las camisetas azules, obedecedles. Eso es lo primero. Y lo segundo: pasadlo bien, porque estos días son para disfrutar». El edil se refirió también a la flexibilidad del programa en caso de lluvia, destacando el compromiso de los monitores por adaptarse a cualquier circunstancia.
Con un total de 150 menores inscritos -87 en el grupo infantil y 63 en el juvenil-, la Fundación Amigó ha decidido este verano segmentar las edades para poder ofrecer propuestas más ajustadas a las necesidades de cada etapa vital. «Cuando juntamos a pequeños y mayores, los pequeños requieren más atención, y los mayores quedan en un segundo plano. Creemos que los adolescentes también merecen un tiempo de calidad y actividades que encajen con sus gustos», explica Candela Álvarez, psicóloga del equipo educativo.
Las claves
Por fechas
El grupo infantil vivirá la aventura hasta el 25 de julio y los adolescentes, del 29 de julio al 8 de agosto
Pensado para todos
El SOAM ajusta su campamento urbano buscando un ocio «más justo y enriquecedor»
El campamento mantiene su esencia: ofrecer un ocio educativo en contacto con el entorno urbano y natural de Torrelavega, con actividades variadas como gymkanas, deportes, rutas, juegos y talleres. El grupo de mayores, por ejemplo, arranca el 29 de julio con la práctica de deportes en Sniace y al día siguiente disfruta de una jornada de piscina. El 31, harán la tradicional ruta a Suances y dormirán en el pabellón Pérez Pachín, una de las experiencias más esperadas por los chicos y chicas. No faltarán el paddle surf, la ruta al Dobra, el día de Humor Amarillo -donde los disfraces y las manchas son parte del juego- y la fiesta final tipo Holy, con camisetas y color.
Por su parte, los más pequeños también vivirán un verano intenso, con días temáticos como la gymkana Minecraft, talleres, disfraces, y la posibilidad de dormir también una noche fuera tras la excursión a Suances. Las actividades están pensadas para promover la autonomía, el respeto, el compañerismo y la diversión compartida, sin dejar de lado la seguridad. Por ello, los monitores -identificados por sus camisetas azules- han sido en su mayoría educadores habituales del SOAM, a los que se han sumado dos nuevas contrataciones y un grupo de voluntarios que ya habían participado en ediciones anteriores. «El voluntariado es esencial para que esto funcione», señala Candela Álvarez. «No siempre tenemos recursos para contratar a toda la gente que nos gustaría, pero muchos vuelven porque les gusta, porque conocen el proyecto, y porque con ellos ganamos ojos y manos. Algunos vienen un día, otros una semana... Siempre son bienvenidos».
Desarrollo
El campamento se desarrolla de lunes a viernes, en horario de 10.00 a 17.00 horas. El punto de encuentro es la plaza Baldomero Iglesias, más conocida como Plaza Roja, donde cada mañana se inicia la jornada y donde las familias recogen a los participantes por la tarde. Cada niño y niña trae su propia comida, salvo en los días señalados en que el campamento la facilita, y el precio de inscripción se ha mantenido en 30 euros, buscando que la participación sea accesible a todas las familias.
Entre los asistentes, hay quienes ya consideran esta experiencia como un clásico del verano. Juan José, uno de los niños participantes, lo resume con entusiasmo: «Es mi tercer año y es el plan que más me gusta del verano. Lo espero con muchas ganas siempre». Con la mirada puesta en los valores educativos y la inclusión, el campamento urbano del SOAM continúa consolidándose como una iniciativa clave del verano torrelaveguense.
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