El cierre del puente de Aspla desviará hasta un 30% más de tráfico hacia Torres
Los conductores afrontarán al menos cuatro años de obras, desvíos y mayor presión en los principales nudos de tráfico
El tráfico de Torrelavega se enfrenta a una década marcada por obras, desvíos y transformaciones. El Ayuntamiento ha analizado mediante simulaciones cómo evolucionará la ... movilidad en la ciudad con dos factores relevantes: el cierre del puente de Aspla-Sniace durante el soterramiento ferroviario y la futura puesta en marcha del área logística de La Hilera, en Sierrapando. Ambos procesos coincidirán en el tiempo y obligarán a rediseñar las rutas de entrada y salida del municipio.
El cierre del puente será una de las consecuencias más visibles del desvío del tren por la vía auxiliar. Durante al menos cuatro años -los que duren las obras del soterramiento, desde 2026 hasta finales de la década-, miles de conductores perderán un paso clave que conecta la zona industrial y el entorno de Aspla con el centro urbano. En la práctica, supondrá dar la espalda al río y desplazar la circulación hacia las glorietas de Torres, la avenida de Solvay y el entorno de La Inmobiliaria. Las simulaciones anticipan un aumento del 30% en el puente de Torres, del 25% en Julio Hauzeur y del 25% en Solvay, porcentajes que dibujan atascos diarios en lugares ya congestionados.
El cierre del puente de Aspla-Sniace está motivado por las obras del soterramiento ferroviario
La situación podría ser aún más compleja porque la rotonda del puente entre Aspla y Sniace es probable que quede cerrada antes incluso de que arranquen las obras en la rotonda del instituto Miguel Herrero. Es decir, la ciudad sufriría las restricciones del soterramiento sin que estén en marcha todavía las mejoras previstas en Julio Hauzeur, un matiz que explica por qué el Ayuntamiento considera prioritario ordenar las glorietas más próximas. Habrá que optar entre Barreda y Torres como accesos alternativos, con el consiguiente aumento de tráfico en esos puntos negros.
Los ejemplos de afección son numerosos. Quien llegue desde Vargas por la autovía ya no podrá tomar la salida hacia Aspla: tendrá que rodear Sniace, cruzar el Puente de los Italianos y entrar por Barreda, o desviarse hacia Ganzo y Torres. Quien busque llegar al entorno de Pablo Garnica desde el centro deberá hacer el recorrido inverso, multiplicando los kilómetros y el tiempo de trayecto. Y el tráfico pesado con destino a Aspla se redistribuirá hacia La Lechera y Ganzo, con un impacto evidente en la seguridad vial.
El área logística de La Hilera generará cerca de 800 desplazamientos en hora punta
Pero el soterramiento no será la única presión. El Ayuntamiento ha incluido en sus simulaciones el futuro PSIR de La Hilera, concebido como gran área logística junto a las autovías. Se calcula que en hora punta generará alrededor de 790 desplazamientos, la mayoría de vehículos pesados. Esa carga extra recaerá sobre la avenida de Bilbao y sus glorietas, ya tensionadas por el acceso al centro comercial. Sin medidas complementarias, los técnicos advierten de que el colapso será inevitable.
La respuesta pasa por ampliar carriles, reorganizar accesos y habilitar nuevos viales de conexión con el Bulevar Ronda. Con estas actuaciones se podría reducir hasta en un 50% la intensidad de la avenida de Bilbao, pero su ejecución dependerá de la coordinación entre el Ayuntamiento, el Gobierno de Cantabria y los promotores del PSIR. Mientras tanto, los vecinos de Sierrapando y los usuarios del centro comercial miran con preocupación la llegada de más tráfico.
Cambios radicales
El mapa de la movilidad en Torrelavega cambiará de forma radical. A la pérdida provisional del puente de Aspla se sumará la apertura de la carretera Viveda-Duález, que desembocará en Torres y Ganzo, reforzando la presión en esa zona. Y todo ello en un contexto en el que la ciudad también deberá integrar los nuevos aparcamientos disuasorios y las restricciones de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
El Ayuntamiento defiende que se trata de un peaje necesario para preparar a Torrelavega para el futuro
Para los ciudadanos, la traducción de tantos proyectos técnicos es sencilla: más atascos en el corto plazo y una década de obras y desvíos. Con todo, el Consistorio defiende que se trata de un peaje necesario para preparar a Torrelavega para el futuro, con accesos más ordenados y un tráfico menos caótico.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión