La grúa municipal de Torrelavega encara otro limbo tras el vencimiento de todas sus prórrogas
El concurso para adjudicar la retirada de vehículos en Torrelavega ha quedado desierto en dos ocasiones. El servicio seguirá en manos de Alsa hasta que se resuelva el proceso
El contrato de la grúa municipal de Torrelavega, ligado durante más de una década al del Torrebús, se encuentra en una encrucijada administrativa sin precedentes. ... Tras agotar el año extraordinario aprobado en septiembre de 2023 y la segunda prórroga, establecida en 2024, el servicio de retirada de vehículos continúa funcionando sin cobertura contractual vigente. La situación abre un escenario de incertidumbre que ha vuelto a encender el debate político en el Ayuntamiento, aunque desde el equipo de gobierno (PRC-PSOE) insisten en que el servicio está garantizado.
El origen del problema se remonta a 2011, cuando se adjudicó el contrato del transporte urbano incluyendo también la gestión de la grúa y el autobús escolar. Aquel acuerdo contemplaba diez años de vigencia y dos de prórroga. Concluido ese plazo en 2023, la Corporación optó por forzar un año adicional, y después otro más, mientras se trabajaba en un pliego nuevo que separara los servicios. El Torrebús depende de Movilidad y la grúa, de la Policía Local.
El nuevo contrato del autobús ya está en marcha, pero el de la grúa ha encadenado tropiezos. La primera licitación, en primavera, quedó desierta: ninguna empresa presentó oferta. La segunda, abierta en junio, tampoco atrajo candidaturas y el procedimiento volvió a fracasar. En paralelo, la empresa Alsa -adjudicataria histórica- sigue prestando el servicio de forma automática, al no haber relevo.
Ninguna empresa ha presentado ofertas a las dos licitaciones abiertas en primavera y en verano
La oposición acusa al equipo de gobierno de falta de previsión y de prolongar una provisionalidad sin fin
La pregunta que se hacen vecinos y oposición es clara: ¿dejará de funcionar la grúa el 1 de octubre, una vez agotado cualquier paraguas legal? La respuesta la da el concejal de Seguridad, Pedro Pérez Noriega: «El servicio no se detiene hasta que haya un nuevo adjudicatario. El concesionario actual debe mantener la prestación hasta que se resuelva el concurso. No existe ya posibilidad de prórroga, porque todas están agotadas, pero la ley obliga a garantizar la continuidad».
Pérez Noriega distingue entre la situación de 2023-2024 y la actual. «Entonces estábamos en fase de prórroga contemplada en el pliego original. Ahora ya no hay prórroga posible. Lo que hay que hacer es licitar de nuevo, sin que exista un plazo establecido, pero tampoco eternizándose». En este escenario, el servicio seguirá en manos de Alsa hasta que se resuelva un proceso que, visto lo visto, podría alargarse más de lo deseado.
Acusaciones
La oposición vuelve a cargar contra lo que consideran una falta de planificación en el Ayuntamiento de Torrelavega. Miguel Remón (PP) ya advirtió en el pleno de octubre de 2024 de que «en septiembre de 2025 estaríamos en las mismas». Y la predicción se ha cumplido. IU-Podemos, en la voz de Borja Peláez, califica la situación de «bochorno», recordando que el Consistorio lleva desde 2019 consumiendo prórrogas de un contrato que debió renovarse mucho antes.
En este tiempo, los plenos han ido aprobando prolongaciones que los técnicos defendían como excepcionales y no repetibles. El último acuerdo extraordinario se adoptó hace justo un año. Esta vez no habrá debate plenario, aunque sí se dará cuenta de la liquidación anual del contrato de Alsa en la sesión de este próximo jueves. El debate político, en cambio, está asegurado.
El trasfondo es también logístico. La gestión conjunta de autobuses y grúa permitió durante años que los vehículos del Torrebús se guardasen en el depósito municipal. La separación de contratos abre ahora la incógnita: si otra empresa resultara adjudicataria de la grúa, habría que renegociar el uso de esas instalaciones o buscar una nueva ubicación.
Mientras tanto, el servicio se mantiene en marcha, aunque sobre un terreno cada vez más inestable desde el punto de vista administrativo. Lo que en 2023 se presentó como una medida «extraordinaria» se ha convertido en un estado permanente de provisionalidad. La única certeza es que Torrelavega no se quedará sin grúa el 1 de octubre, pero tampoco sabe aún quién ni cómo la gestionará en los próximos cuatro años.
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