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José Manuel Cruz Viadero. Luis Palomeque
El hombre tranquilo

El hombre tranquilo

David Carrera

Torrelavega

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Lunes, 27 de mayo 2019, 13:02

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Dicen los que presumen de conocerle bien que «jamás» da una voz más alta que otra. Sin embargo un gesto, una mueca es suficiente para que las cosas se hagan como él quiere. Otros destacan que tiene la virtud de estar en el momento justo cuando tiene que suceder algo importante. Los últimos cuatro años, José Manuel Cruz Viadero (Ajo, 1954) ha sido el encargado de dirigir la política municipal en Torrelavega, y lo ha hecho «siempre» desde el consenso, evitando la gresca y pasando de puntillas por la polémica, sin dejar que la depresión permanente en la que vive la ciudad afecte en su trabajo.

Al contrario, este hijo de un ganadero de Ajo reconvertido en hostelero y que un buen día montó un bar en La Inmobiliaria para prosperar, dirige el futuro de la ciudad convencido de que «lo mejor está por llegar». De momento en estos últimos cuatro años tiene el honor de haber juntado en la misma mesa al ministro de Fomento y al presidente de Cantabria para firmar el convenio del soterramiento de las vías del tren. Un anhelado sueño para los torrelaveguenses que ven desde su niñez una ciudad partida por dos.

Militante socialista desde muy joven –tan solo en una ocasión se salió del guion para votar al partido de Enrique Tierno Galván– con menos de un año llegó a Torrelavega junto a sus padres Manuel y Pilar, que dejaron el trabajo en el campo para forjar un futuro tras la barra de un bar. No es un hombre de grandes aficiones, salvo sacar a pasear a su perro 'Robin' en compañía de su mujer Chelo, y a la hora de viajar, Barcelona es uno de sus destinos favoritos porque en la Ciudad Condal trabaja su única hija, licenciada en Derecho, y a la que ve «mucho menos de lo que quisiera».

Los más críticos le achacan falta de carisma pero sin brillos logró derrotar en unas primarias a la entonces alcaldesa Lidia Ruiz Salmón, convirtiéndose en el candidato a alcalde de la segunda ciudad más importante de la región. No eran muchos los que contaban con José Manuel, el mismo que dimitió y se opuso a la moción de censura contra el gobierno local del popular Ildefonso Calderón. Afiliado al Partido Socialista desde el año 2000, recuerda que fueron dos compañeros del instituto de Castañeda, en el que hasta hace cuatro años daba clases, los que le animaron a «dar el paso». Tres años más tarde fue en la lista del PSOE encabezada por la alcaldesa Blanca Rosa Gómez Morante y formó parte de su gobierno como concejal de Obras Públicas y Servicios Generales. «Iba en el número nueve y sacamos once concejales», se le ilumina la cara recordando esos números.

Sus momentos

  • Decisión Se opuso a una moción de censura del PSOE contra el alcalde del PP Ildefonso Calderón.

  • Triunfo Logró ganar unas primarias del PSOE y se convirtió en el candidato a la Alcaldía de Torrelavega

De su época como concejal de Obras –«el mejor que ha tenido Torrelavega», dicen algunos– le ha quedado, según dice, un gran conocimiento de la ciudad hasta el punto de que presume de conocer hasta el último rincón de los barrios de la capital del Besaya. «No hay un solo que no haya visitado». Y es que Cruz Viadero se resiste a la época del plasma y las nuevas tecnologías. «La campaña electoral hay que hacerla pateando cada esquina de la ciudad y hablando y escuchando a los vecinos, con mitines como los de antes». Su querido Tanos –donde vive desde hace varios años en un chalé –Campuzano, Barreda, Viérnoles, El Zapatón, Nueva Ciudad, La Inmobiliaria–. Sea cual sea el sitio, allí se planta con su traje oscuro, sin corbata y con camisa clara. No le llaman ni alcalde. Es José Manuel, un hombre tranquilo que hace campaña con el «boca a boca» frente a los grandes artificios y saraos de otras formaciones.

Los más críticos le achacan falta de carisma, pero es astuto y hábil

A su manera

También presume de trabajar en equipo y delegar en los que más confianza tiene. Es astuto y hábil, lo que le ha permitido durante esta legislatura que las críticas a departamentos como los servicios sociales o el área de personal en el Ayuntamiento caigan sobre los hombros «de otros» para no verse desgastado. Con sus socios de gobierno, el PRC de Javier López Estrada, «ni una mala palabra». Como mucho, un «ya sabes». En los plenos cuando se ha visto amenazado ha alzado la voz –lo justo y necesario– y en una ocasión se le vio desconocido cuando a un portavoz de la oposición de acusó de «no haber trabajado en su vida».

Después de ganar las primarias en octubre de 2014 fue el candidato del PSOE a la Alcaldía en las elecciones de 2015, que ganó el PP, sin embargo con el apoyo en la investidura de ACPT (Asamblea Ciudadana Por Torrelavega) logró formar gobierno junto al Partido Regionalista. Cuatro años en los que a pesar del paro, la falta de aparcamiento, el deterioro del comercio local, o inversiones comprometidas que no se ejecutan, el alcalde socialista ha logrado «con su mando callado y su mano tendida para el diálogo» proporcionar estabilidad política a un Ayuntamiento que se había acostumbrado a estridencias y periodos convulsos como la «negra» etapa de la moción de censura.

No hay un solo barrio o pueblo de Torrelevega que no haya visitado

sobre el terreno

José Manuel, que estudió primero Bachillerato en el IES Marqués de Santillana, luego Empresariales en la Universidad de Cantabria y la Diplomatura de Económicas en Sarriko (Bilbao), no es un hombre de grandes aficiones. Le gusta el fútbol, es de la Gimnástica y del Trope –de los dos es socio–, y de música se decanta por grupos y artistas españoles, aunque de joven «siempre de los Beatles».

Los sábados por la mañana tiene la costumbre de visitar algún pueblo o barrio de Torrelavega «para ver cómo están las cosas» y para pasear se conforma con dar una vuelta por Tanos o, si dispone de más tiempo, salir por el Bulevar Ronda, la conocida por los vecinos como 'ruta del colesterol'. De vez en cuando va a Santoña, donde viven su madre y su hermana, y por lo general se coge una semana de vacaciones antes de las fiestas de La Patrona. Tiene claro que vino a la política ya hace veinte años por vocación y para «hacer de Torrelavega una ciudad mejor». Si las cosas se tuercen en el futuro, pocos le ven en la oposición y volvería «encantado» a dar clases al instituto de Castañeda.

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