«La luz es algo cotidiano, pero nunca se nos ocurre pensar en las aplicaciones que hay detrás»
Universidad de Cantabria ·
Con Carlos Renero ha arrancado este lunes el último curso de verano en la sede de Torrelavega, un monográfico de dos jornadas dedicado a las aplicaciones científicas de la luz«La luz es algo cotidiano que todos necesitamos en el día a día, pero nunca se nos ocurre pensar en las aplicaciones que hay detrás». Con esta frase ha quedado inaugurado este lunes el último curso de verano que la Universidad de Cantabria celebra este año en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Minas y Energía de Torrelavega, y que dirige el cántabro Carlos Renero, investigador postdoctoral en el Cinbio de la Universidad de Vigo (UVigo): 'Fotónica y sostenibilidad: aplicaciones científico-tecnológicas de la luz'.
«Estamos rodeados de luz y no pensamos en aplicaciones más allá de una linterna, un teléfono o una televisión. Hay muchísimo detrás y se está haciendo mucha investigación nacional, especialmente en Cantabria, con investigadoras como Olga María Conde o Rosa Martín, y en Madrid, con Marta Quintanilla como referente», ha destacado el investigador torrelaveguense que, en estos momentos, trabaja en el Cinbio donde se investiga en campos tan dispares como la catálisis, la nanomedicina o la producción de partículas para pantallas.
Por esta razón, el monográfico que finaliza este martes, organizado con el apoyo de la Dirección General de Medio Ambiente y Cambio Climático del Gobierno de Cantabria y de la empresa MT Brandao España, está dedicado a las aplicaciones científicas de la luz.
«Estudiamos la luz entendida como lo que nosotros vemos en el espectro visible, pero también la parte que no vemos como, por ejemplo, el infrarrojo o el ultravioleta, luces más o menos energéticas pero que nuestros ojos, que son los sensores con los que nos enfrentamos al mundo, son incapaces de detectar», ha recordado.
Luz para curar tumores
«La parte de fotónica sería el estudio que hacemos con la luz de diferentes materiales, que se estructuran de una manera determinada para conseguir propiedades interesantes», ha explicado el investigador cántabro. «Por ejemplo, utilizamos nanopartículas, partículas de tamaño nanométrico, de la milmillonésima parte de un metro, que interaccionan con la luz y se calientan para conseguir reducir el volumen de un tumor, matando células cancerígenas».
Para Renero –y para muchos otros investigadores–, las nanopartículas son «partículas de oro» porque tienen muchas posibles utilidades. «Lo mismo se pueden usar en tratamientos contra el cáncer que para fabricar sensores de test de covid o de embarazo.
Las nanopartículas son «partículas de oro» con muchas posibles utilidades: «Lo mismo en tratamientos contra el cáncer que para fabricar sensores de test de covid o de embarazo»
«Estas partículas se pueden poner en contacto con anticuerpos que reconocen determinados patógenos o moléculas de nuestro cuerpo y pueden cambiar de color o quedarse adheridas en una zona». Y no solo eso. Según Renero, la luz también se puede emplear para «hacer un estudio de tejidos en vivo, sin tener que hacer una operación» y, de esta manera «ayudar en el diagnóstico de enfermedades».
Residuos y catálisis
Por si esto fuera poco, la luz también puede utilizarse para la detección de residuos radiactivos. «Hay unas partículas que son luminiscentes, capaces de emitir luz cuando les excitamos con luz, y eso se puede utilizar como sensor», ha apuntado Renero.
Asimismo, este lunes el científico también ha querido poner en valor el trabajo de su compañera Ana Sousa, quien emplea nanopartículas para hacer catálisis: «Utiliza nanopartículas como catalizador a través de la luz y es capaz de llevar a cabo reacciones químicas que no se darían en la vida real o, si se dieran, tendrían un coste energético muy alto. Pone esas partículas dentro de su reactor, las ilumina y son capaces de producir diferentes compuestos de valor añadido que de otra manera no sería posible».
Un curso muy completo
Este curso de verano, que repasa durante dos intensas jornadas las aplicaciones de la luz, cuenta con un equipo de profesores de primera categoría. Entre ellos Marta Quintanilla, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM); Ana Sousa, investigadora postdoctoral Xunta de Galicia-Cinbio (UVigo) y Yael Gutiérrez, investigador Ramón y Cajal (UC).
Su objetivo es claro: «Intentar cubrir un poquito todo: desde la parte de sostenibilidad y sensores para residuos radiactivos hasta aplicaciones biosanitarias y aplicaciones fotónicas aplicadas a computación. Simplemente usando luz, desde un punto de vista teórico o experimental, abarcamos muchísimos campos. Creo que es un tema bastante bonito».