La redacción del proyecto del soterramiento acumula un millón de sobrecoste desde 2017
El documento técnico para la integración de las vías fue encargado con un plazo de 16 meses y ha ido acumulando retrasos en los últimos cuatro años
Han pasado casi siete años desde que el Adif adjudicó la redacción del proyecto de construcción del soterramiento por 1,67 millones de euros y, ... lo más llamativo de todo, 16 meses de plazo. Corría diciembre del año 2017 y el alcalde era José Manuel Cruz Viadero; de haberse cumplido ese periodo de ejecución, el soterramiento tendría proyecto y la legislatura siguiente (2019-2023) no habría ni empezado, pero la realidad es muy distinta. Transcurrió todo ese mandato, ha pasado casi un año del siguiente y la desaparición de las vías en Torrelavega sigue sin estar reflejada en un documento técnico. Ha cambiado el alcalde -ahora Javier López Estrada-, los ministros de Transportes, los responsables del Gobierno regional y también el presupuesto en estos 76 meses de espera. Tres modificaciones del proyecto -la última hace una semana, tras la comisión de seguimiento- en estos últimos seis años se han cobrado un sobrecoste de casi un millón de euros (921.546), elevando el coste en un 55%, de 1,67 iniciales a 2,59 millones.
Si no hay más cambios, la redacción del proyecto del soterramiento debería estar terminada pasado este mismo verano. Eso es al menos lo que han acordado Adif y la adjudicataria, la Unión Temporal de Empresas (UTE) de Geocontrol-Training Ingeniería y Planificación, en la última de esas tres modificaciones del proyecto. En ella, las partes acuerdan ampliar tanto el importe del contrato, 82.280 euros, como su plazo de ejecución, hasta los 81 meses. El contrato ya ha consumido 76 desde aquel diciembre de 2017. Del fondo a la forma, cabe destacar lo reciente que es esta última modificación y cuándo se produce: se formalizó el 17 de abril de 2024, esto es, un día después de la última comisión de seguimiento que celebraron las tres administraciones implicadas -Gobierno de España, de Cantabria y Ayuntamiento-, aquella tras la cual se dio a conocer que el soterramiento se disparaba hasta los 130 millones de euros.
Y no es la única inversión que se ha disparado. La redacción del proyecto del soterramiento también sufrió su particular escalada de precios, aunque no entonces, sino hace casi un año, en la segunda modificación. Hasta 749.872 euros se elevó el 30 de marzo de 2023, tras la adjudicación de un contrato complementario de cinco meses a las mismas empresas -esta vez bajo la denominación UTE Torrelavega II-. ¿Para qué se hizo todo eso? Por lo pronto para amoldar el proyecto a la petición exitosa del Ayuntamiento para construir un aparcamiento subterráneo, en primer lugar, y para dar solución, mediante un colector, a la evacuación de las aguas, cuestión sensible sobre la que se han manifestado los técnicos municipales en los últimos años.
La última modificación se realizó hace una semana, un día después de la comisión de seguimiento
Para entonces habían pasado ya los 16 meses fijados en origen y también otros 29, tras la primera modificación, formalizada el 28 de diciembre de 2019, con un sobrecoste de 84.394 euros. Hoy, la inversión adicional necesaria es de 921.546 euros, un alza del 55% que cobra importancia teniendo en cuenta que el contrato se adjudicó con un baja del 37% respecto al presupuesto de licitación (2,7 millones).
En estos últimos seis años, la inversión de Adif para la redacción se ha elevado un 55%, de 1,6 a 2,5 millones
Han pasado cuatro años desde el primer cambio de planes y casi siete desde la adjudicación de los trabajos, pero la redacción del proyecto de ingeniería más importante para Torrelavega sigue enquistada. Debió ver la luz en la primavera de 2019, «el 18 de abril de 2019», como ya recordó el Consejo de Estado en un informe emitido en noviembre de 2022. En él, el órgano consultivo recuerda a las administraciones la falta de previsión a la hora de concebir todas las actuaciones que debieron ser previstas -tras el estudio informativo- y las sobrevenidas:
«Las circunstancias que obligan a añadir servicios complementarios al contrato derivan de defectos de previsión al tiempo de su licitación y adjudicación».
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