La restauración de La Asunción empezará en junio y costará más de 670.000 euros

Entre tanto, la Diócesis santanderina seguirá buscando fondos a nivel municipal, regional y estatal para financiar las labores, que serán ejecutadas por la empresa torrelaveguense SIEC y se extenderán a lo largo de siete meses, desde junio hasta Navidad. Esa es la meta que se propone cumplir la comunidad de la parroquia para estrenar por todo lo alto y ante el público la imagen renovada de la Asunción, una «referencia» de la ciudad y cuyo estilo neogótico conforma, indudablemente y desde 1901, una de las postales más reconocibles de toda la capital del Besaya.

Esa estampa la integran distintos elementos importantes: desde su torre, de cincuenta metros de altura; su órgano, declarado Bien de Interés Cultural (BIC); hasta unas valiosas vidrieras, las originales, encargadas al taller leonés de Alonso Bolinaga a finales del siglo XIX -tras hacer lo propio este en la catedral de León- y llamadas a centrar los primeros pasos de la restauración más de doce décadas después. El desmontaje y la reparación de estas empezará en la tercera semana de junio, un trabajo del que se encargará el maestro vidriero Tomás Saiz -afincado a través de su negocio en Torrelavega- y que abarca desde la recomposición de las piezas, muchas realmente dañadas, hasta la restauración de sus cercos de hierro, oxidados y en riesgo de descomposición desde hace lustros. Mientras tanto, La Asunción lucirá unos paneles de metacrilato en su lugar.

Los signos de la edad en el templo, inaugurado el 15 de agosto de 1901, son evidentes y están a la vista de los fieles y los visitantes en general. Vidrieras al margen, la comunidad eclesiástica viene enumerando las necesidades del lavado de cara en los últimos años: tanto en el interior, deslucido por marcas de humedad -se aplicarán trabajos de pintura y limpieza-, un sistema de calefacción obsoleto o un alumbrado y megafonía que no hacen justicia a la actividad litúrgica; hasta el exterior, donde la reparación de un pararrayos que llegó incluso a revelar riesgo de desplome se ha vuelto inaplazable. La reunión que ayer mantuvieron el párroco de la iglesia, Juan Carlos Rodríguez del Pozo, el vidriero Tomás Saiz y técnicos de SIEC -en la foto principal de esta página- supuso el pistoletazo de salida teórico para ir planteando estos objetivos.

Objetivos que, a tenor del convenio firmado entre la Diócesis y la Consejería de Turismo, no le son ajenos a la Administración y a los intereses públicos que esta representa. Cuando mira a La Asunción, su responsable -hoy en funciones-, Javier López Marcano, ve, además de un templo religioso, una parada fija en las rutas del Camino Lebaniego a su paso por Torrelavega, «un cruce de caminos entre los destinos turísticos de la comunidad» con derecho a «una oferta propia a desarrollar en el conjunto del 'destino Cantabria'», como avanzó el consejero antes de sellar este trato con el Obispado.

La Asunción tiene un 'letrero' reservado en las rutas peregrinas y Marcano, volcado en conservar un «símbolo patrimonial» dentro del Plan Xacobeo, ya lo ha demostrado otras veces. En enero de 2022, su departamento firmó otro pacto con la Iglesia para mejorar el monasterio de Santo Toribio de Liébana y su entorno por medio millón de euros.