Torrelavega descarta perder 2,2 millones en ayudas para La Lechera pese a la paralización del proyecto

Los cambios podrían afectar, además, a los plazos de ejecución fijados en el proyecto. Y eso, dentro de lo malo, sería algo positivo para el Ayuntamiento, que viene de captar un maná de 2,2 millones procedente del Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos de entidades locales (Pirep Local) y bajo la condición de terminar la obra antes del 31 de marzo de 2026. Sólo una ampliación de ese requisito podría librar al Consistorio de tener que devolver ese dineral, teniendo en cuenta que la segunda fase de La Lechera equivale a 16 meses de obras.

«No tengo miedo de que pueda haber una pérdida de fondos», descartaba en las últimas horas el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, optimista con la posibilidad de solicitar una ampliación de plazo -al igual que ha ocurrido, como dijo, con otras obras y por diferentes causas-: «Lo que yo asumo casi como cierto y tras conversaciones con el Ministerio es que todos los retrasos que se puedan devengar van a ser autorizables con una posible ampliación».

Plazos al margen, de lo que también se mostró muy seguro el regidor es de qué administración pagaría un hipotético sobrecoste de la obra. «Hay un convenio y este dice que el Gobierno de Cantabria tiene que hacerse cargo de los costes de rehabilitación del edificio, en tanto en cuanto el Ayuntamiento no consiga otra fuente de financiación», señaló el otro día, recordando el compromiso de la presidenta Buruaga y del Consejo de Gobierno, que ya garantizó la financiación con cerca de 8 millones de euros en dos partidas de 2024 y 2025.

Aún así, lo dicho. Tampoco estaría claro que la segunda fase de La Lechera vaya a dispararse en un millón de euros. Fue López Estrada el que puso esta opción sobre la mesa el otro día: «Lo que tienen que hacer», dijo, refiriéndose a la Consejería y al equipo redactor del proyecto, «es adaptar el proyecto a la financiación existente o adecuar la inversión».

El alcalde puso el ejemplo del ascensor panorámico que estaría contemplado en el proyecto. «Quizá se pueda mantener o puede pasar a ser un ascensor normal», explicó. Las soluciones técnicas están todavía en el aire. También el nombre de la futura y nueva adjudicataria. Estas podrían empezar a aparecer en la ecuación a partir de «septiembre», que es el deseo que se ha propuesto cumplir el regidor para licitar la segunda fase otra vez.

La ausencia de declaraciones a micrófono abierto y el silencio casi generalizado sobre la parálisis momentánea de la segunda fase en los últimos días dicen más de la magnitud del problema que cualquier otra cosa. Nadie quiere hacer sangre. De hecho, el alcalde se cuidó el otro día de recordar su «perfecta y cordial» relación con la Consejería. Aún así, las versiones se contradicen. El Consistorio señala, con el informe técnico en la mano, que «el principal motivo» de la renuncia de la empresa adjudicataria fue el retraso de la primera fase; el Gobierno, por su parte, recuerda que es el Ayuntamiento el que licitó este proyecto.