Torrelavega instala un invernadero para recuperar el sabor del tomate tradicional
Es la nueva sede de la asociación Simientes Infinitas, que tuvo que abandonar en mayo La Lechera tras el inicio de las obras en el recinto
La asociación Simientes Infinitas, que tiene como principal objetivo recuperar el sabor del tomate tradicional, acaba de estrenar una nueva sede: un invernadero construido ... por el Ayuntamiento de Torrelavega en una finca de su propiedad, denominada La Jurona y situada en la localidad de Campuzano. Simientes Infinitas tuvo que abandonar en mayo su anterior emplazamiento, las naves de La Lechera, tras el inicio de la obra para convertir el recinto en un gran centro cultural.
El Consistorio sacó la instalación del invernadero a licitación el año pasado, contando con un presupuesto de 72.000 euros. Está compuesto por tres naves, de 30 metros de largo por 8 de ancho cada una, y cuenta con arcos continuos, pilares de acero, un sistema para regular las condiciones del cultivo en función de la temperatura o la humedad y ventilación continua cenital. Toda la estructura es desmontable.
El Ayuntamiento y Simientes Infinitas convirtieron el parque Manuel Barquín en una gran huerta urbana el primer fin de semana de septiembre. La emblemática zona verde de Torrelavega acogió la celebración del III Festival del Tomate de Cantabria. El programa incluyó concursos, charlas, talleres, catas, exposiciones, mercado agroalimentario, comida popular, juegos infantiles y actuaciones musicales, entre otras actividades.
LAS CLAVESUBICACIÓNTRABAJO
A la cita acudieron miles de personas que disfrutaron, por ejemplo, de un millar de plantas de tomate y sus diversas variedades, charlas y coloquios sobre el cultivo de las mismas, degustaciones y catas guiadas por especialistas. El festival es anual y permite rescatar algunas variedades casi olvidadas, la mayoría cultivadas por abuelos que tratan de pasar sus semillas a la siguiente generación.
Los organizadores quieren descubrir las mejores variedades, registrarlas y promover su producción y comercialización. Ponen como ejemplo los populares tomates Feo de Tudela, Rosa de Barbastro, Rosa de Altea, Plato de Algeciras. Huevo de toro del río Guadalhorce o Raf. El esfuerzo se ve acompañado por productores procedentes de toda España y otros países europeos, como Francia, Portugal, Italia, Bélgica o Alemania.
El Consistorio y Simientes Infinitas quieren crear un banco de semillas autóctonas y una escuela taller de especialización en agricultura ecológica, que servirían también para luchar contra la despoblación en las zonas rurales. «Estamos realizando el traslado de las plantas al invernadero. La asociación hace un gran esfuerzo y ya ha logrado recuperar 1.430 variedades en cuatro años. Trabajamos codo con codo para sacar adelante este proyecto», señala el concejal de Dinamización, Jesús Sánchez.
«Ya hemos repartido 50.000 plantas entre los ciudadanos para que cultiven en sus huertas tomate ecológico local -añade- y quedan un par de años para que Simientes Infinitas termine de desarrollar la que será nuestra enseña, la variedad Señorío de la Vega, que tendrá los colores de Torrelavega, rojo y verde». Después quedará el último paso: «Queremos formar a voluntarios en este cultivo. El invernadero contará con huertas en el exterior y podrá servir para llevar a cabo otras iniciativas, como el cultivo de un árbol de berenjenas, que se acaba de iniciar».
Guy Ferrier, vicepresidente de Simientes Infinitas, recuerda por qué se ha perdido el sabor de antaño: «Ahora los tomates se hacen muy bonitos porque los empresarios saben que compramos con la vista. Son híbridos que no saben a nada». Ferrier dice que ahora centran sus esfuerzos en reunir las semillas que luego plantarán en primavera, unas variedades que «no son industriales y gustan mucho a la gente». Otro directivo, Javier Castaños, destaca la relación que han entablado con los hortelanos, muchos mayores, que «están encantados con esta lucha y colaboran para que sus semillas no se pierdan».
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