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Javier Gangoiti y Alberto Aja

Torrelavega | Santander

Domingo, 17 de agosto 2025, 07:34

Modo oscuro

El murmullo de las familias es lo único que rompe ese silencio tan característico antes de un espectáculo de fuegos artificiales. Eligiendo el sitio ideal, hablando de la vida o de lo que queda para ver del programa de fiestas. «Nos ponemos aquí», «luego te sienta mal tanto dulce», «¿la Gala Floral mañana a las seis?», alternan padres, madres, hijos y amigos en general. Otros aspiran a ser algo más que amigos. Y los fuegos son la excusa ideal para inspirar un poco de sentimentalismo y alumbrar una relación. Cogerse la mano durante todo el espectáculo; posar la cabeza sobre los hombros de él; abrazarla a ella por detrás; besarse después de la última traca de petardos… Qué les voy a contar que no sepan o no vieran este sabado, un año más en las inmediaciones del pabellón María Pardo de Nueva Ciudad.

Cientos de personas acudieron aquí, a este balcón predilecto, para asistir al lanzamiento de hasta 99 kilos de explosivos –la normativa se endurece a partir del centenar–.

Cientos de personas acudieron aquí, a este balcón predilecto, para asistir al lanzamiento de hasta 99 kilos de explosivos –la normativa se endurece a partir del centenar–.
Cientos de personas acudieron aquí, a este balcón predilecto, para asistir al lanzamiento de hasta 99 kilos de explosivos –la normativa se endurece a partir del centenar–.

Sentados en el verde, con o sin mantita, de pie, a hombros de papá y cogidos de la mano de mamá, los niños volvieron a demostrar un año más que son el verdadero público objetivo del 'show', hilando gritos, risas, muecas y algún lloro si hablamos de los más 'peques'. Se va haciendo escuela con los años.

Sentados en el verde, con o sin mantita, de pie, a hombros de papá y cogidos de la mano de mamá, los niños volvieron a demostrar un año más que son el verdadero público objetivo del 'show', hilando gritos, risas, muecas y algún lloro si hablamos de los más 'peques'. Se va haciendo escuela con los años.
Sentados en el verde, con o sin mantita, de pie, a hombros de papá y cogidos de la mano de mamá, los niños volvieron a demostrar un año más que son el verdadero público objetivo del 'show', hilando gritos, risas, muecas y algún lloro si hablamos de los más 'peques'. Se va haciendo escuela con los años.

También va haciendo su propia escuela el propio Ayuntamiento, cada vez más proclive a la idea de programar los fuegos artificiales no el último domingo de fiestas, sino el sábado anterior, por una cuestión de conciliación de las familias.

También va haciendo su propia escuela el propio Ayuntamiento, cada vez más proclive a la idea de programar los fuegos artificiales no el último domingo de fiestas, sino el sábado anterior, por una cuestión de conciliación de las familias.
También va haciendo su propia escuela el propio Ayuntamiento, cada vez más proclive a la idea de programar los fuegos artificiales no el último domingo de fiestas, sino el sábado anterior, por una cuestión de conciliación de las familias.

El sábado, con todo el festivo por delante al día siguiente, la mayoría de asistentes no estuvo tan preocupada por la duración del espectáculo ni de madrugar al día siguiente.

El sábado, con todo el festivo por delante al día siguiente, la mayoría de asistentes no estuvo tan preocupada por la duración del espectáculo ni de madrugar al día siguiente.
El sábado, con todo el festivo por delante al día siguiente, la mayoría de asistentes no estuvo tan preocupada por la duración del espectáculo ni de madrugar al día siguiente.

Finalmente fueron diez minutos de espectáculo exactamente, desde la primera hasta la última explosión sobre el cielo. Y, aunque fuera sábado y no domingo, 24 horas de antelación jamás le quitarán a los fuegos ese cariz de despedida tan especial.

Finalmente fueron diez minutos de espectáculo exactamente, desde la primera hasta la última explosión sobre el cielo. Y, aunque fuera sábado y no domingo, 24 horas de antelación jamás le quitarán a los fuegos ese cariz de despedida tan especial.
Finalmente fueron diez minutos de espectáculo exactamente, desde la primera hasta la última explosión sobre el cielo. Y, aunque fuera sábado y no domingo, 24 horas de antelación jamás le quitarán a los fuegos ese cariz de despedida tan especial.

Alumbran el comienzo del adiós a La Patrona y seguramente mucho más. El adiós a unos días de reencuentros, a una etapa de reflexión, a un ser querido...

Alumbran el comienzo del adiós a La Patrona y seguramente mucho más. El adiós a unos días de reencuentros, a una etapa de reflexión, a un ser querido...
Alumbran el comienzo del adiós a La Patrona y seguramente mucho más. El adiós a unos días de reencuentros, a una etapa de reflexión, a un ser querido...

Algo tienen los fuegos que inspiran algo por dentro. Pido disculpas si la crónica quedó algo almibarada. Quizá el hojaldre de estos días también tenga algo que ver.

Algo tienen los fuegos que inspiran algo por dentro. Pido disculpas si la crónica quedó algo almibarada. Quizá el hojaldre de estos días también tenga algo que ver.
Algo tienen los fuegos que inspiran algo por dentro. Pido disculpas si la crónica quedó algo almibarada. Quizá el hojaldre de estos días también tenga algo que ver.
Los fuegos alumbran el adiós a La Patrona
Los fuegos alumbran el adiós a La Patrona

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Los fuegos alumbran el adiós a La Patrona