Torrelavega da la vuelta a la tortilla
Más de 300 peñas concursan este año
El tercer día de las fiestas patronales comenzó con uno de los eventos más esperados por vecinos y visitantes: el tradicional concurso de tortillas. La ... cita tuvo lugar en la plaza Baldomero Iglesias –conocida como Plaza Roja–, elegida por su amplitud. Y es que este año se inscribieron más de 300 grupos para competir por el título.
Antes de que comenzara el concurso, a las 11.00 horas, la plaza y sus alrededores ya eran un hervidero de actividad. No faltó el calor. Participantes y acompañantes llegaban cargados con utensilios de cocina, ingredientes y el entusiasmo propio de la celebración. En distintos puntos, se podía ver a personas lavando las patatas. Algunos se situaron en el centro de la plaza, otros a la entrada de la calle Consolación –ahora repleta de paraguas–, e incluso había quienes recurrían a botellas de agua para lavarlas sobre el drenaje.
La plaza Baldomero Iglesias se convirtió en un improvisado fogón colectivo en una de las jornadas más sabrosas
Alrededor de las 10.30 horas, los grupos empezaron a instalarse. Sin embargo, conseguir un buen lugar no era tarea fácil. Varios equipos se disputaban los puestos con sombra, llegando a formar un gran hueco en forma de U en el centro de la plaza para quedar más cerca de los edificios. Mientras unos disfrutaban de la convivencia entre amigos y familiares, otros mostraban signos de confusión y desorden ante la falta de espacio y materiales.
La gran afluencia de participantes y público desbordó las previsiones, obligando a pedir refuerzos logísticos de última hora. Un camión llegó con más mesas para intentar cubrir la demanda, pero aun así resultaron insuficientes. Algunos equipos se vieron forzados a compartir el espacio disponible, mientras otros optaron por improvisar, utilizando cajas como superficies de trabajo. El malestar no tardó en hacerse notar entre los concursantes. «No podemos hacer nada sin tablero», se quejaba una participante, mientras otra no dudaba en calificar la situación como una «vergüenza».
En un momento dado, la gran cantidad de asistentes puso en jaque a la organización y comenzó a escasear el ingrediente clave: la patata. La entrega se realizaba en un puesto frente al Doem Lounge Bar, pero la alta demanda superó lo previsto. La falta de patatas generó un notable malestar entre los participantes. Varios grupos no llegaron a recibir este insumo esencial, lo que llevó a muchos a tomar medidas por su cuenta, trayendo sus propios ingredientes, mesas e incluso carpas para resguardarse del sol.
La competencia no se limitaba a la plaza, sino que los puestos se extendían hasta la calle Goya, detrás del edificio de oficinas municipales, y por el pasaje de Saro. Poco a poco, el caos inicial empezó a resolverse. A las 11.20 horas, un nuevo reparto de patatas alivió la tensión y permitió a más gente comenzar a cocinar. Poco después, se empezaron a escuchar aplausos en distintos puntos de la plaza. Las celebraciones se debían a que los equipos lograban dar la vuelta a la tortilla con éxito, un momento de gran tensión durante la preparación del plato.
Sobre las 11.45 horas, las peñas empezaron a entregar sus tortillas terminadas. La fila de competidores se extendía por toda la plaza, con colaboradores cargando cuidadosamente los platos. El recorrido llegaba desde el Doem Lounge Bar, donde el jurado realizaba la cata y evaluación, y se prolongaba hasta el establecimiento Ibericum, al otro extremo de la plaza.
En el interior del bar, el jurado degustaba una a una las tortillas, valorando tanto el sabor como la textura. Justo en la entrada del Lounge, varias peñas observaban cómo el jurado gestionaba las reseñas. A pesar de los problemas logísticos, la competencia volvió a demostrar que es uno de los eventos más queridos y concurridos de las fiestas patronales.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión